martes, 27 de octubre de 2015

La impresionante cascada El Aguacero.


Una de las grandes ventajas de compartir vivienda con gente local es que siempre puede recomendarte lugares que son poco conocidos y no salen en las guias turísticas; este fué el caso de la cascada del Aguacero, una sugerencia de Rodrigo que fué un gran acierto.

No hay un transporte público directo al lugar osea que nos tocó un poco de aventurilla. Primeramente, con agua y bocatas de casa, fuimos a buscar un camión que nos llevara hasta el pueblo de Ocozocuautla; eso fué sencillo pues pasan muy cerca de la casa. Durante el trayecto le comentamos al chico que cobraba los tickets que luego debiamos tomar un colectivo al desvio de la cascada, que por favor nos dijera donde era mejor bajarnos;muy amablemente no indicó la parada y donde tomarlo.

Cuando llegamos la furgoneta estaba llena y nos sentamos junto al chófer, bueno eso fué cuando nos abrió él desde dentro pues la puerta no tenia maneta, jaja...¿ os describimos el resto de la furgoneta?...sólo deciros que acabamos cuatro sentados en el asiento de delante, que en el tablero del coche tenia luces encendidas de todos los colores: la del freno de mano, la de la bateria, la de las puertas abiertas,...menuda feria!!!. Pero bueno, funcionaba que era lo que hacia falta.

Durante el trayecto paramos en un par de aldeas fuera de la carretera y circulamos por los caminos de tierra dejando a gente en sus casas. A la media hora llegó el momento de bajarnos nosotros justo en el desvio que marcaba a las cascadas. Apartir de ahí el transporte pasó a ser el propio, osea caminar por una pista de tierra durante unos 3 kilómetros bajo un sol de justicia ( sabiamos que seria así, no fué una sorpresa).





Llegamos hasta el primer desvio cuando faltaba un km y desde allí vimos ya la primera parte del Cañón del rio Venta, lugar donde se ubica la cascada. Empezó entonces un empinado camino de bajada hasta la entrada de la Reserva y pagamos la tasa de 30 pesos por persona. Allí una señora nos explicó que bajando 724 escalones llegariamos al rio y desde allí por un camino  nos encontrariamos  con la cascada. Del mismo modo a 200 metros de la zona de entrada hay una cueva con un rio subterraneo que se puede visitar, pero eso lo dejábamos para la vuelta.





Con ánimo empezamos a bajar los escalones entre un frondoso bosque y algunas cuevecitas hasta que empezamos a ver y oir el rio entre las altas paredes rocosas del cañón.




Giramos entonces a la izquierda por un sendero que tan pronto era visible como desaparecia dentro del rio y nos tuvimos que meter al agua hasta la cintura. Por allí encontramos a un matrimonio con su hijo adolescente disfrutando del rio, que aunque presentaba un color muy marronoso debido a que su fondo es muy arenoso y lo enturbia  pero el agua bajaba muy limpia.






Vimos por primera vez la parte más alta de la cascada, metimos las cosas importantes en la bolsa estanca y dejamos la mochila en unas piedras a resguardo del agua, no habia otra opción que meterse de lleno en el rio.

Llegamos así hasta el Aguacero, una inmensa caida de agua de unos 40 metros que se divide en forma de abanico en varias secciones que caen junto al rio formando a su vez otras pequeñas cascadas hasta llegar al mismo....BESTIAL!!!!. Hemos visto cascadas muy bonitas en varios paises, caudalosas unas, enormes otras, pero esta en su conjunto queda de las primeras del ranquing y además puedes acceder hasta el pié mismo y mojarte de lleno.






Junto a todo ello, por si fuera poco, se le suma el valor añadido que apenas habia gente y eso que era sábado, un par de matrimonios que se fueron al poco y dos parejas que llegaron después, nadie más.

Sin pensarlo dos veces empezamos a subir por las primeras piedras y sentir el frescor del agua que caia. Pero cuando nos metimos bajo los chorros más fuertes además notamos la increible fuerza del agua, tal es que al poco nos salimos de allí porque llega a doler, pero el momento es total.






Bajo la cascada hay varias formaciones rocosas producidas por la erosión y cubiertas de  musgo, muy parecido a El Arbol de Navidad del Cañón del Sumidero. Nos divertimos subiendo y bajando por las rocas y dandonos un baño en las balsas naturales de la parte inferior con un agua cristalina.







Tras muuuuchas fotos y por indicación de un señor nos adentramos un poco más rio arriba para ir a ver otra sección separada de la cascada, que aunque más pequeña era igual de bonita, de hecho hubo un momento que metidos en medio del rio pudimos ver las dos a la vez, maravilloso.






Teniendo en cuenta lo que nos quedaba por subir en el camino de regreso así como la pista hasta la carretera teniamos que volver un poco pronto pues las últimas combis hacia el pueblo pasaban a eso de las 6. Recogimos las cosas y antes de empezar la subiada comimos junto al rio para tomar fuerzas; allí nos encontramos a la familia de antes que recogia sus bártulos.




De nuevo nos esperaban los 724 escalones, esta vez de subida, pero para dar ánimos alguien escribió un eslogan que bien pudiera servir para algún partido político de moda, jajaja...




Una vez arriba nos encontramos por sorpesa a Mathilde y Charlie que finalmente se habian animado a venir a la cascada, pero no nos entretuvimos mucho pues sino a ellos no les iba a dar tiempo de ir y volver. Nos quedaba entonces ir a ver la cueva El Encanto y su rio subterráneo que según nos habian explicado es el que forma la cascada de la que veniamos y que durante un trayecto de 200 metros se puede explorar con una barca hinchable.

El camino empezó bien pero luego se convirtió en un pedregal y tras una curva nos encontramos camino abajo la entrada a la cueva; no estuvimos de entrada muy convencidos de entrar pero nos animamos. No es más que unos pocos metros los que se pueden avanzar antes de encontrarte el agua y esperamos un poco a que la vista se nos acostumbrara a la oscuridad pues no teniamos linterna y la del movil no daba para iluminar suficientemente. Vimos la barquita hinchable que usan para adentrarse en el interior y tiramos un par de fotos con flash para poder ver algo más.







Retrocedimos camino y nos pusimos rumbo a la carretera a por la combi. Nos fuimos entreteniendo por el camino recogiendo bonitas piedras, de cuarzo según Carol cuando nos tuvimos que poner a un lado del camino para dejar pasar a una ranchera, pero ésta se paró junto a nosotros, era la familia del rio. Nos preguntaron donde ibamos andando y tras explicárselo nos dijeron que nos acercaban a la carretera, pero ¿ luego a  donde siguen?...hasta Tuxtla...pues les llevamos, nosotros vamos allá!!!. Total que nos subimos y estuvimos de charla con ellos todo el camino, una familia muy agradable y además  ella tiene una hermana viviendo en Mallorca por lo que hablamos de España, las comidas de aquí y allá....osea que sin darnos cuenta ya habiamos llegado; nos dejaron a la entrada de la ciudad para que pudieramos tomar el conejobus pues ellos se dirigian hacia el Norte de Tuxtla y les agradecimos mucho el detalle.



Ya en casa nos encontramos con Rodrigo con el que estuvimos un ratillo de charla antes de darnos una buena ducha, los escalones nos habian hecho sudar de lo lindo. Tras la cena estuvimos decidiendo que hacer si salir el día siguiente hacia San Cristóbal o pasar otro día en Tuxtla, y como la habitación estaba libre decicimos alargar un día más la estancia.

Pasamos un domingo muy tranquilo, por la mañana Carol alargó un poco la estancia en la cama mientras yo salí a dar una vuelta por el parque que a primeras horas de la mañana estaba ya bien animado de gente haciendo deporte , unos a su aire y otros en competiciones de beisball, basket y fútbol.

Volví a casa, desayunamos y salimos los dos a pasear por el parque buscando algo de fresco en un caluroso día. Nos pasamos la mañana de manera muy amena viendo primero un partido de beisball femenino y luego otro masculino, éste último muy emocionante y reñido, algunas tensiones y discusiones mientras la gente desde la grada animaba o protestaba dependiendo si su equipo era el favorecido o el perjudicado.

Al mediodía hicimos un skype con  mis papis, nos pusimos al día de todo y comimos algo. Por la tarde salimos a dar una vuelta por un pequeño centro comercial cercano y compramos algo para cenar para después ponernos a buscar alojamiento en San Cristobal de las Casas; allí nos vamos mañana a pasar una semanita a algo más de 2.000 metros de altura y bien fresquitos.

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