La salida de Yogjakarta fué más rápida de lo previsto pues al llegar a la estación de autobuses justo salia uno en dirección Probolinggo, preguntamos precios y corriendo arriba que nos vamos. La sorpresa fué cuando al subir vimos que no habia nadie!!!.
Extrañados pero comodos empezamos el trayecto junto al conductor, el cobrador y un tercero que no sabiamos muy bien su función, osea que eramos dos clientes y tres trabajadores. Así fuimos durante cerca de dos horas hasta que se subió un hombre, y ya fué un goteo de gente subiendo hasta llegar a la parada en una estación donde llegó a llenarse casi la mitad. Como sobraba sitio fuimos sentados en filas de asientos separados intentando dormir un poco. A eso de las once de la noche y tras 6 horas desde la última estación paramos a cenar antes de el último tramo.
A la 1.30h de la mañana nos dejaron frente a una agencia de viajes, aún abierta ,en vez de en la estación, donde nos intentaron colocar un tour por Bromo, etc. a precio descomunal. Tras decir que no, el colega cogió la moto y se fué por donde habia venido y nosotros preguntamos en una gasolinera por la estación, que se encontraba a unos 300 metros. Ya teniamos previsto pasar la noche allí esperando a que fueran sobre las 6, hora en que empiezan a subir hacia Cemoro Lawang los minibus.
Para fortuna nuestra la estación estaba abierta toda la noche con tránsito continuo de gente y autobuses, ah y de mosquitos, menuda guerra tuvimos con ellos, nos machacaron. No era el mejor sitio para descansar y dormir, pero no teniamos mejor opción para unas horillas, así que las pasamos como pudimos.
A eso de las 5 apareció una pareja alemana que también iban a subir a Cemoro Lawang y al poco otro chico también alemán. Fué un buen comienzo para poder llenar las furgonetas que suben hacia el pueblo, pues estas no suben hasta que ocupan las 15 plazas o sino puedes pagar por las que faltan y salir antes. Ya en las furgonetas nos tocó armarnos de paciencia hasta que llegaron primero 4 franceses y luego 2 alemanas, ya eramos 11!!!. Pero ahí se acabó la cosa, pues tras horas esperando intentando que el conductor nos subiera, viendo que no llegaba nadie más reaprtimos el precio de 15 entre los 11 y para arriba.
El camino de subida es una continua cuesta por campos y montañas preciosas bajo un sol brillante pero una temperatura fresquita, se notaban los 2.217 metros de altura.
Una vez en el pueblo tocaba buscar alojamiento. Los locales del lugar ofrecen sus homestays, la mayoria muy básicas, pero a un precio muy por debajo de los pocos hoteles del lugar. Tras instalarnos y comer un poco dormimos un poco antes de ir a visitar el volcán.
Desde lo alto del pueblo en un pequeño mirador tuvimos la primera vista del volcán....impresionante!!!. Sobre el macizo de Tengger vimos una planicie enorme donde emergen el activo y humeante Bromo, 2.329 así como el no activo pero no menos impactante Batok. La vista es descomunal y además el tiempo nos acompañaba pues habitualmente las nubes o la niebla los tapa. Sin dudarlo nos fuimos a ver el cráter del Bromo.
Para acceder hasta él se puede hacer por el camino oficial: andando, en moto, a caballo o en jeep, pero pagando una entrada abusiva, pero habiamos leido que habia un camino alternativo que salvaba el control de acceso. Claro está lo escogimos como via de entrada y tras una bajada por un resbaladizo sendero nos encontramos en medio de ls enorme planicie con el volcán enfrente.
Tras una caminata de una hora llegamos a pié del mismo, donde se encuentra un templo hindú, cerrado, y la última cuesta hasta el cráter. Para ello nos tocaba subir los algo más de 200 escalones desde los cuales empezaba a notarse el olor a azufre.
Impresionate ver el enorme cráter desde tan cerca, la enorme y continua columna de humo así como el sonido del vapor. Si en Berastagi ya habiamos alucinado aquí se superó lo visto allí....bestial!!!.
Una barandilla separa el borde del cráter en un tramo,,pero puedes llegar hasta la zona sin protección y hacerte una foto alucinante...eso sí, con mucho cuidadito. Eramos muy pocos los que estábamos allí, pero encontramos un indonesio muy simpático con el que charlamos un rato.
En el camino de regreso paramos al pié del cráter a tomar un té en unas improvisadas carpas que monta la gente local, donde un simpatiquísimo matrimonio nos atendió, sin saber nada de inglés pero nos reimos mucho. Alucinante el "porrete" que se estaba fumando el colega, jajaja... Mientras los jóvenes del lugar con sus motos y caballos intentan buscar turistas a los que llevar de regreso al pueblo.
Ya de nuevo en Cemoro y bien abrigados vimos la puesta de sol desde el mirador y fuimos a cenar. Nos fuimos a dormir pronto para ir a la madrugada siguiente a ver la salida del sol desde un mirador a las afueras del pueblo.
A las 3.30h. empezamos el camino de subida, primero planito y con frio para luego pasar a un camino mucho más empinado y donde nos caia la gota gorda. Llegamos al mirador donde habia un montón de gente por lo que entre piedras nos subimos a un plano superior y más tranquilo. Mientras iba amaneciendo por nuestra izquierda al frente empezamos a ver la enorme planicie y los volcanes...sublime. La postal que teniamos delante era increible, y a medida que el sol iba apreciendo los colores cambiaban. Junto a nosotros estaban la pareja alemana de la furgoneta y un grupillo de indonesios jovencitos que no paraban de hacerse fotos. Al final nos juntamos todos para posar, bandera indonesia inlcuida.
Ya de bajada, café y bollos con vista al volcán antes de preparar la bolsa para bajar de Cemoro. Aunque el entorno es precioso, montañas, cultivos y volcanes, no hay mucho más que hacer en el lugar, osea que nos juntamos los mismos que subimos ayer en la furgoneta más dos chicas y nos fuimos de nuevo hacia Probolinggo.
Nos comentaron durante el camino que se iban todos hacia el volcán Ijen, no muy lejos de allí, para ir a ver un fenómeno que se produce en el cráter de madrugada, el fuego azul. Habiamos leido que mucha gente lo recomendaba, aunque decian que la subida es dura y luego una vez allí la concentración de gases es muy alta y hay que usar máscaras de gas, pero era la oprtunidad de ver algo único. Tras pensarlo un poco....nos unimos!!!.En la estaciónnde autobuses de Probolinggo preguntamos precios, pero finalmente siendo 11 conseguimos en una agencia una furgoneta con conductor que nos llevaria hasta allí para luego dejarnos a todos en el ferry para pasar hacia Bali.
Total, que en una horita estábamos metidos en la furgo camino de Sempol, el pueblo más cercano al acceso al volcán. Pero esta historia merece un post aparte...
Madrugón de llegada y madrugón para ir a ver la naturaleza en estado puro; ya lo decía Simón Diaz en la canción "Caballo viejo", "quererse no tiene horario ni fecha en el calendario" y la naturaleza tampoco, pero vamos que sarna con gusto no pica, aunque la hora mortifica!!!.
ResponderEliminarEsas cosas que estáis viviendo bien merecen la pena un madrugón, un dormir en cualquier sitio o un traslado en autobús o camioneta por caminos de baches, tierra, polvo...QUE OS QUITEN LO BAILAO!!!!
Salud pareja!!!
Desde luego que los madrugones están valiendo la pena, el problema es cuando son varios muy juntos....ay lo que cuesta levantarse, y más para ponerse a andar...jajaja.
EliminarAdemás a quien madruga.....
Ya dormiremos cuando volvamos, jajajaja.
Lo siento Alberto, desconocemos esa posibilidad. La gente con la que coincidimos en Cemoro Lawang todos llegaron de un destino u otro pero en autobús. Un saludo y buena suerte.
ResponderEliminarBuenas chicos,
ResponderEliminarEse mirador que decís para ver el amanecer, no es el que va todo el mundo con los jeeps, verdad? Podéis decirme cómo llegar o alguna info? No quiero pillar jeep ni pagar la entrada :)
Gracias!