miércoles, 17 de junio de 2015

Ruta en moto por Bali


Más allá de Ubud, tanto al norte como hacia el este, existe una zona de Bali que nos apetececia mucho conocer: templos, lagos, volcanes, playas...y como nuestro espiritu libre ha crecido como la espuma ( tours los imprescindibles) y el trasnporte público por esa zona es inexistente decidimos alquilar una moto por cuatro días y a la aventura.

En un par de blogs encontramos muy buena información sobre que visitar, donde dormir así como información práctica, que al final nos ha servido de muchísimo.

Salimos de Ubud tempranito destino al primer templo a visitar: Gunung Kawi. Por carreteras muy secundarias y poco transitadas llegamos hasta él bastante rápido pues se encuentra a solo 11 kilómetros de Ubud.

Aparcamos en la misma puerta y en la taquilla nos dijeron que podiamos dejar los cascos sin problema en la moto. Sabiamos que suelen cobrar una pequeña cantidad por vigilar la moto, pero es muy recomendable  dejarla ahí pues de esa manera uno se queda más tranquilo y evita susto de robos, etc. Segundo punto a tener en cuenta es el tema de la obligación de usar un sarong ( típico pareo balinés) para entrar en los templos sino se lleva pantalón largo; en muchos templos con la entrada se incluye, aunque algunas vendedoras de souvenirs de fuera del templo dicen a los turistas que no y que hay que alquilarselo a ellas.

Lo primero que destaca al entrar en el complejo donde se halla el templo son por un lado la fila continua de tiendas de souvenirs así como unas terrazas y campos de arroz muy bonitos donde vimos gente trabajando en la recolección; además  en la misma puerta de acceso al templo hay un cuenco con agua con la que hay que mojarse la cabeza.





El complejo está dividido por un rio, dejando a un lado cinco enormes monumentos funerarios  de 7 metros de alto esculpidos sobre la piedra de un acantilado que corresponden a miembros de la familia real: el rey Anak Wungsu, su reina preferida y sus hijos. Al otro lado del rio se situan 5 más que son de las otras reinas y las concubinas. Junto a este último hay un pequeño templo esculpido en piedra y otro exterior pero que estaban restaurando.







Curioso concepto del conjunto, nos gustó por el entorno, muy verde con campos y palmeras, aunque de vuelta tocó subir un montón de escaleras. Ya en la puerta mientras nos preparábamos quedamos a la espera que alguien viniera a pedirnos algo por el parquing, pero viendo que allí no se acercaba nadie, salimos como habiamos llegado, jijiji...

La segunda parada del día era muy cerquita, el Templo Tirta Empul, famoso y peregrinado  lugar por contener unas fuentes con agua sagrada para los hindús balineses. Para evitar la entrada principal, muy concurrida según habiamos leido, subimos directos a un parquing lateral donde apenas habia gente. Un amable señor nos dijo donde aparcar, nos preguntó de donde eramos, donde ibamos, etc... le comentamos que al salir de allí y de camino queriamos parar en unas plantaciones de café donde puedes degustar gratis varios tipos...ah!!!...mi familia tiene una plantación, al salir os puedo llevar...le dijimos que al salir  iriamos juntos, sabiamos seguro que nomeran familia y todo era cuestión de llevarse algo, pero ya nos estaba bien que nos llevara.

Llegamos a la entrada del templo pagamos la entrada y nos dieron el sarong, bueno a Carol como su pantalón era más largo sólo le pusieron una cinta en la cintura, no sabemos bien porqué.

El templo es un lugar donde los hindús balineses van a purificar su cuerpo bañandose frente a las fuentes que emanan agua sagrada. Allí mismo preparan sus ofrendas en pequeñas cajitas hechas con hojas, flores y arroz, las entregan y rezan.
Familias enteras, niños incluidos, siguen el ritual por todos las fuentes a la vista de curiosos y turistas que tienen acceso permitido. Desde nuestro punto de vista quizás deberia ser algo más privado, pero la verdad es que es bonito poderlo ver estando allí con el mayor de los respetos. Nosotros para requetepurificarnos de nuevo mojamos nuestras cabezas con el agua.








Junto a las fuentes y las piscinas se encuentra el templo principal donde en un lado se realizan la ceremonia y los rezos, acceso no permitido, y en el otro  grupos de turistas escuchan a sus guias las explicaciones. Nosotros ibamos poniendo la oreja y aprendimos que los templos se dividen en tres partes: la exterior seria el paraiso, la central la de los humanos y la interior la de los dioses.





Por el templo vimos a muchos fieles vestidos con traje típico, sobretodo a los hombres y los niños: sarong ( la falda), camisa que cubra los hombros y el udeng (pañuelo en la cabeza). Nos llamó la atención que los templetes de los templos tienen figuras a su alrrededor pero ninguna que presida el altar, todas estas vacias. Hemos buscado esa información y no es fácil de comprender pues pese a ser hinduistas los balineses han hecho su particular versión y difiere en muchas cosas de la que en su día introdujeron las personas venidas de la India.






Salimos del recinto y del parquing de nuevo sin pagar, pero no vimos a nuestro amigo. Como ibamos a pasar por las plantaciones de camino le dije a Carol que seguro que por allí nos estaria esperando, y justo, en medio de la carretera lo vimos subido en la moto. Hago aquí un inciso para explicaros algo muy gracioso: mucha información de las rutas la tomamos del blog de una pareja que hizo esta zona hace un año; les pasó lo mismo con un hombre que les llevó a los cafetales...miré las fotos del blog y  es el mismo tipo!!!!!....increible, jajaja.

Cuando llegamos a la plantación le enseñé las fotos...sí era él, nos dijo, le explicamos que un"amigo" nuestro habia estado allí hace un año con él...se reia, pero creemos que no entendió muy bien todo aquello.

Ya en la plantación nos fué enseñando los jardines de la entrada donde hay varias plantas de café, cacao, frutales, etc...y la estrella del lugar, el luwak. En una jaula tinene varios animalitos de esta especie, una mezcla de gato, zorro y comadreja que vive salvaje entre los cafetales y se alimenta, entre otras cosas de granos de café. Por un proceso químico y de digestión los granos cambian su aroma y sabor en el interior del animalillo, y cada día personal de los cafetales salen por la zona a recoger los excrementos. Los dejan secar, los limpian y con los granos, aún enteros, se elabora un café que según dicen es de extraordinaria calidad y muy apreciado. Bueno no sabemos si lo es, pero caro seguro, uno de los más caros del mundo.




Llegamos a una zona donde el personal del cafetal nos explicaron los tipos de café y especias que usan, como lo elaboran, lo  tuestan y lo muelen. Finalmente en una mesa nos sentamos a degustar, de manera gratuita 7 tipos de té ( lemongrás, arroz rojo, gingseng, azafrán, genjibre, roselina y mangostán), un chocolate puro y 4 tipos diferentes de café ( moca, arábica balinés, vainilla y coco). Madre mia, que ricos estaban todos, no quedó ni gota...todo ello no es más que un gancho para que pruebes una taza del café luwak, a 50.000 rupias, madre con eso comemos los dos y nos sobra muchos dias!!!. Además ya nos habiamos puesto hasta arriba de tés y cafés. Visto que no ibamos a probarlo nos invitaron a pasar a la tienda, hicimos un poquillo de paripé pareciendo estar interesados y nos despedimos dándoles las gracias por la atención y la degustación.






Al salir nos esperaba nuestro amigo, que claro, no habia hecho todo aquello de manera desinteresada, le dimos una propinilla y se fué todo contento. Nosotros seguimos camino, esta vez en busca de un sitio donde comer. En un pueblecillo vimos un warung, lugar de comida tipica y no nos lo pensamos. En los warungs se suele comer de dos formas, o eligiendo sobre los platos típicos ( nasi goreng, mee goreng, nasi campur, gado gado, bakso, nasi ayam....) o sobre un plato con un bol de arroz añades porciones de lo que tengan cocinado montándote tu plato combinado. Para nuestra sorpresa aquel hombre tenia muchas cosas de cerdo, una de ellas tenia forma y color de chorizo, pero lo mejor el sabor...puro chorizo....casi se nos caen las lágrimas. Tras compartir la comida con varios locales y montones de moscas, regateamos el precio, como no y seguimos camino.

El paisaje no tenia desperdicio en ningún momento, inmesos arrozales, palmeras, montañas y volcanes, pueblecitos, casas con sus templetes, templos enormes,...una delicia.





De esta manera llegamos hasta el pueblo donde habia un mirador sobre el volcán y el lago Batur, nuestro último destino del día. Las vistas  eran increibles, además tuvimos suerte de poder ver sin nubes sus dos calderas. De ahí bajamos a Kedisan, al pié del lago, a buscar donde dormir. De camino un lugareño nos ofreció un hostel, justo el que teniamos apuntado para ir, y tras regatear un poquillo nos quedamos allí.





Como aún nos quedaba un rato largo de luz natural nos fuimos en moto por la carretera que rodea uno de los lados del lago atravesando varios pueblecitos que se dedican a la pesca y a la huerta, sobretodo plantando unas cebollitas pequeñas que están riquísimas.







La carretera acababa en Trunyan, un pueblo que tiene la tradición de no enterrar a sus muertos, sino dejarlos bajo un árbol tapados con una sábana sobre una estructura de bambú. Ello lo han convertido en un reclamo turístico, pero que no esta exento de timos y abusos, por lo ante el ofrecimiento de varios lugareños para ir con nosotros declinamos las propuestas. Además una parte de la carretera estaba anegada por el lago y habia que coger un bote...vamos una pasta por algo que no nos atraia nada, osea que nos dimos media vuelta y disfrutamos de la puesta de sol.





Pasamos por el embarcadero de Kedisan donde en el parquing del los chavales del pueblo estaban jugando a futbol con unas porterias de lo más artesanales. Nos quedamos unnbuen rato viendo como jugaban, no paraban de reir y  divertirse, me recordó mucho al buen rollito de los partidos de los lunes con mis colegas de fútbol ( ¡¡¡os echo de menos amigos!!!!).



Buscamos algún sitio donde cenar entre las pocas opciones del pueblo y nos decidimos por un warong donde un simpatiquísimo y elegante señor nos recibió. Comimos un pescado con verduras y arroz buenísimo y durante la cena el señor nos amenizó la velada tocando el tipico xilofón balinés, que auténtico. Acabada la cena nos lo enseñó, una pieza artesanal preciosa y me invitó a que probara...pues se sorprendió de mi composición, sonó muy bien, jajaja.




Volvimos al hostel a disfrutar del fresquito en nuestro porche bajo un cielo repleto de estrellas.

Amaneció un soleado día y desayunamos frente a las vistas del lago y el volcán antes de seguir camino. Remontamos hacia lo alto del mirador y por una carretera muy secundaria encontramos otro que nos ofreció nueva prespectiva del lago.





La carretera nos volvió a enseñar paisajes y templos preciosos, además de enrrebesados caminos y desvios hacia el Templo de Besakih, un enorme conjunto de 23 templos sobre la falda de un valle. Por unas cuestas increibles y siguiendo unas veces las indicaciones de los lugareños y otras algún cartel llegamos a lo alto de una montaña al pié de un hermoso templo que lo estaban engalanando. Allí nos dijeron que era el templo más alto de Besakih, pero no  la entrada principal y además  no se podia visitar, debiamos volver unos kilómetros atrás y buscar el camino correcto.





Uno de los chicos que allí estaba se ofreció a llevarnos y hacernos de guia, pero ay amigo, sabiamos del asunto y dijimos que no. Besakih es considerado el Templo Madre y muy visitado por turistas por lo que se ha montado una mafia de lugareños que dicen que no se puede entrar sino es con ellos de guias, por lo cual cobran cantidades desorbitadas, además de ser muy poco amables y hasta bordes según habiamos leido.

Nosotros no sabemos bien como pero  llegamos hasta una zona de tiendecitas junto a una parte del templo donde dejamos la moto bajo vigilancia, pero nos extrañó porque no habia nadie y solamente otra moto más. Por si acaso nos pusimos nuestros pareos a modo de sarong y entramos por los templos. Vimos que todo el mundo iba con guia y al oir a una pareja española les preguntamos como llevaban lo del guia, etc...pufff, estaban quemadísimos, les pararon 2 kilómetros antes del templo donde les hicieron pagar 50.000 rupias para acceder, luego, con muy malas maneras otro tanto por el guia bajo la ameneza de que sino no podian entrar,...total que les habian chafado la ilusión de visitar el lugar. Nos dijeron que habiamos tenido suerte pues ya estábamos dentro de la parte que teoricamente no se podia entrar solos, que aprovecháramos y que sobretodo no fueramos hacia la puerta principal que sino nos pillarian seguro.

Afortunados por el tema decidimos visitar tranquilamente los templos donde veiamos otra gente por aquello de no ir demasiado solos y alguien nos abordara. El lugar es simplemente una maravilla, justo se correspondia con el tipo de construcción que identifica a los templos balineses y que tanta ilusión nos hacia ver. Todo ello con el fondo del volcán Agung, el más alto de Bali con sus 3.142 metros y un cielo donde se mezclaba un intenso azul y unas blanquísimas nubes.







Fuimos de aquí para allá disfrutando mucho pero con un ojo puesto en unos muchachillos que andaban por allí a la caza de turistas; uno de ellos intentó enseñarnos un lugar a supuestamente muy bonito, pero le dijimos que ya habiamos hecho la visita con el guia y ahora ibamos por libre para hacer fotos tranquilamente, jijiji....

Pudimos ver parte de una ceremonia de varios fieles y poner la oreja ante las explicaciones de algunos guias. Damos por hecho que las explicaciones tienen un gran valor en las visitas de este tipo, pero ésto se puede conseguir hoy en día en internet sin problemas, por lo que preferimos sentir más que saber cuando visitamos los lugares, lo cual no quita de que nos informemos anteriormente de lo que vamos a ver, claro.








Dado que la zona baja del templo era la peligrosa decidimos ir hacia arriba, concretamente hacia el templo más alto de los que se pueden visitar. La cuesta tenia su miga pero valió la pena. La entrada del templo imponente en su escalera, piedra por todas partes y figuras increibles. Desde arriba unas preciosas vistas y un lugar maravilloso lleno de detalles y ofrendas, simplemente nos encantó.








Llegaba la hora de poner punto y final a aquella visita. Bajamos ahora sí por la puerta principal donde vimos el grupillo de "amables guias" y seguimos nuestro camino. Paramos a comer en un puestecillo que una señora con su bebé tenia montado en un garaje y repostamos gasolina.

Buscando y preguntando como llegar a el siguiente punto nos avisaron que la rueda trasera estaba muy floja. Por fortuna muy cerca habia un taller de motos...efectivamente, habiamos pinchado. Pero plis plas, en 10 minutos arreglado, regateado, pagado y listos.


Todo ello, sumado a numerosas paradas a mirar el gps y hacer fotos de los paisajes nos hizo llegar más tarde de lo previsto a Tirtagangga, el Palacio del Agua, unos jardines reales con fuentes y estatuas, que aunque nos llamaba la atención visitar acabamos viendolo desde fuera, era tarde y la entrada no era barata para el ratillo que ibamos a estar. Además nos quedaba una tiradilla hasta Amed, en la costa y allí debiamos buscar donde dormir.




Aprovechamos, eso sí, para admirar un maravilloso paisaje de los arrozales que rodean la zona con el mar de fondo.






Llegamos a Amed, pueblecito de pescadores y cada vez más turístico, con tiempo de buscar donde queriamos dormir. Como estaba lleno el mismo chico nos acompañó a otro donde finalmente nos quedamos. Por un precio igual al del dia anterior aquí tuvimos la que seguramente ha sido la mejor habitación de todo el viaje: una cabañita con cama doble, otra cama en un piso superior y un baño al aire libre con estatuas y decoración singular, lo mejor el nombre, Pacha Homestay.





Nos dió justo tiempo de cruzar a la playa a ver la puesta de sol, la arena negra que caracteriza estas playas, así como las típicas embarcaciones de pesca del lugar, muy curiosas y vistosas.








Tras cenar en un tipico warong barracuda con verduras y arroz fuimos a la playa a observar un increible cielo estrellado, tremendo!!!!. Habian allí dos chiringuitos abiertos y en uno de ellos el amable dueño nos saludó y dió conversación, quedamos en ir a cenar allí al día siguiente.

Cuando volvimos a nuestro homestay aprovechamos para hablar con family y amigos  usando el wifi del restaurante-bar de copas de los mismos dueños, Pacha Bar. Estaban tocando música en directo, osea que desde el porche de entrada tuvimos gratis 2x1: wifi y música mientras nos comiamos un heladito comprado en el super, claro.

Amed es una zona costera famosa por tener coral cerca de la playa en algunas zonas y un mar muy tranquilo para disfrutar del baño, osea que nos tocaba dia de playa. Nos fuimos unos pocos kilómetros más allá, a Jemeluk, alquilamos gafas, tubo y aletas, plantamos los pareos en la arena negra y al aguaaaaa.






Un agua transparente y calmada que ayudó mucho a disfrutar del paisaje submarino: corales de varios tipos, peces de todos los colores y tamaños posibles, bancos de arena, un pequeño templete bajo el agua....fué en muchos momentos recordar los dias en las Islas Perhentians 3 años atrás.

Y como tanto ejercicio da hambre habia que comer. Después de repasar un par de chiringuitos nos quedamos en uno con buena pinta y precio donde disfrutamos de la comida sentados en la misma arena, un nuevo lujo, bueno, bonito y barato.



La tarde discurrió como la mañana, baños y snorkel rodeados de muchos chavales jóvenes locales que disfrutaban como nosotros: unos con su buceo y otros haciendose fotos sin parar.





Pasadas las 5 recogimos bártulos para ir a ver la puesta de sol, estaba vez desde un cercano mirador sobre la playa de Jemeluk. El lugar precioso, aunque claro, con la presencia diaria de turistas aquello era un punto caliente de venta para los lugareños: niñas con pulseras y jóvenes con cervezas y música de guitarra le quitaron tranquilidad al lugar, pero no belleza a la puesta de sol.





Tras una rica y fria ducha, el agua caliente tiene un precio mayor en toda la isla, fuimos al chiringuito de la playa a cenar. El chico se puso muy contento al vernos y nostros más al ver que llevaba una camiseta donde ponia Barcelona. Era un regalo que le hizo un chico catalán hace unos meses.

Cenamos barracuda y atún, pescados por él mismo.. buenísimo, esta vez acompañado de una cerveza, la ocasión lo merecia. Charlamos sobre la vida de la gente del pueblo, la pesca, nos enseñó fotos de sus capturas...pasamos un buen ratillo antes de volver a repetir nuestra noche de juerga barata de ayer en el Pacha de Amed.

Nuestro último día de aventura empezó, tras el tipico desayuno de café y pancake de platano de toda Bali, en la playa de Lipah, donde hay también un bonito fondo marino. Tras intentar que nos alquilaran el equipo sólo por un par de horas y a un precio adecuado, algo que fué imposible por los agonias de ganar dinero mucho y rapido, nos dimos un buen baño y disfrutamos del sol. Al final la jugada nos salió bien, pues el mar se puso bastante movido y vino una mancha enorme de suciedad, era hora de empezar el regreso.





Para ello, como disponiamos de tiempo dimos la vuelta por toda la costa este de Bali, una carretera pegada al mar con subidas y bajadas, atravesando pequeños pueblos muy modestos y enormes y lujosas villas de vacaciones para turistas. Las vistas increibles con la isla de Lombok y el volcán Ringiani de fondo.

La paliza de moto fué considerable para gente poco acostumbrados como nosotros, pero recompensa todo lo visto. Pasando por un pueblo vimos un campamento enorme de scouts, que chulada, lo curioso era parte de la vestimenta que llevaban algunos de los niños. Paramos a comer donde la misma mujer de dos dias antes y seguimos camino hacia Ubud donde llegamos con la última luz del día.





Han sido cuatro dias geniales donde hemos podido tener contacto con parte de la verdadera Bali, así como disfrutar de variado paisaje, de los volcanes a las playas y de los lagos a los templos. Ahora a descansar un par de dias en Udub antes de seguir camino hacia Lombok.







3 comentarios:

  1. Tienen que haber sido unos días geniales con vuestras motos y a vuestro aire, pero viendo la entrada no me negareis que lo mejor de todo vuestros atuendos. Por un lado esos sharons balineses, a cual más discreto y pareciendo más un mantel de picnic que otra cosa y colocados a lo "Mauricio Colmenero" y luego los cascos a lo "Hormiga Atómica" jajajajajajaja.

    Unos días diferentes en un viaje bien diferente!!!

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    1. Tanto currar escribiendo para que al final destaque nuestro atuendo balinés...ya veo que está causando furor, pues puse la foto en el facebook y no veas el juego que ha dado, jajajaja....suerte que las tribus africanas con taparrabos no están en nuestra ruta, que sino.....

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