La noche con calefactor encendido fué una gozada pese a la helada que cayó afuera, la inversión de dormir en el camping valió la pena. Tras ver que el solecito nos acompañaba de nuevo en el despertar, desayuno, recoger la ropa lavada, vaciar el depósito del fregadero y llenar el de agua limpia fué nuestra tarea antes de salir de camino.
La carretera que nos llevó hasta el Lago Tekapo nos volvió a ofrecer un paisaje precioso y que en primavera con los campos más verdes tiene que ser de película. Las montañas de los Alpes Neozelandeses nos mostraron sus cumbres nevadas, de nuevo espectáculo sobre ruedas pues muchas de las fotos están hechas desde la campervan.
Durante la marcha nos cruzamos con más gente como nosotros en sus caravanas, la gracia es cuando a lo lejos ves una de las verdes como la nuestra, hasta con 6 diferentes nos cruzamos y todos nos saludamos.
De repente tras pasar una curva se nos apareció el lago, y aunque el día estaba gris a esas horas, su belleza era increible. Paramos junto a un monumento en homenaje a los perros Collie reconociendo la labor que realizan al cuidado de las millones de ovejas en este país. Junto al monumento la coquetona iglesia del Buen Pastor, una pequeña capillita en una esquina del lago con la particularidad de que en su parte trasera hay una cristalera desde la cual se ve el lago y las montañas nevadas.
Aunque las vistas del lago desde allí era chulísimas mirando mapas y folletos vimos que esa zona es una de las mejores en el mundo para la observación de las estrellas y allí cerca se encuentra el Observatorio del Monte John. Pensamos que desde allí las vistas del lago serian aún mejor y tras preguntar en la oficina de información lo lejos que estaba y el estado de la carretera allá que nos fuimos.
Efectivamente las vistas desde allí fueron increibles, tanto del lago Tekapo como del lago Alexandrina, este más pequeño y casi helado por completo, así como de las montañas que lo rodean. Vimos varios edificios del observatorio y nos refugiamos en la campervan del frio y el aire aprovechando para comer algo.
Y de lago a lago por que me toca; a la media hora llegamos al Lago Pukaki, aún más grande y espectacular que los anteriores, esta vez con un sol que empezaba a esconderse tras las montañas pero vimos por primera vez una de las imágenes más representativas del país: el Monte Cook, la mayor cumbre del país con sus 3.754 metros de altura. A esas horas del atardecer y solos desde el pié del lago disfrutamos de imágenes bellísimas...Nueva Zelanda nos estaba mostrando ya una de sus muchas maravillas naturales. Mañana remontaremos la carretera que junto al lago lleva hasta los piés del macizo y el pequeño pueblecito del mismo nombre a ver si nos hace bueno y podemos hacer alguna caminata por allí.
Tocaba elegir donde dormir. Allí cerca teniamos dos zonas de acampada libre para campervans Self Contained, como la nuestra; una de ellas a pié del lago nos llamaba mucho la atención y estaba recomendada por las chicas del blog Viajes con Mochila, pero al llegar vimos que el acceso estaba helado y muy embarrado y no nos apetecia repetir la experiencia del otro día, bastante mal lo pasamos allí. Fuimos entonces hasta la que hay junto al pequeñito Lago Wardell donde el acceso de entrada estaba muy bien para aparcar, y aunque habia zonas más recogidas y bonitas más adentro estaban tras caminos helados, osea que nos quedamos cerca de la carretera. Aprovechando la última luz del día nos acercamos al lagito que estaba completamente helado mientras el cielo nos ofrecia un espectáculo de nubes y colores.
Siendo ya negra noche nos refugiamos en nuestro nidito sobre ruedas y planeamos la ruta para los siguientes dos días: folletos por aquí, descuentos por allá, guia de campings,mapas de las islas....vamos todo lo que Carol se llevó del centro de información del aeropuerto el día que llegamos.
Tras preparar una pasta boloñesa riquísima, hacer la primera cata del Ormond Rick Ruby ( el licor dulce que compramos ayer que Carol dice que es un quitapenas y a mi me recuerda a la limonada de Dueñas) y tomarnos un chocolate calentito llegó la hora de irse a dormir. Mañana nos espera el Monte Cook.
De nuevo amaneció un día soleado, despejado y helado en nuestro espacio particular de acampada, más solos que la una, como no. El solecito nos animó a desayunar al aire libre en la mesa auxiliar de la parte trasera de la campervan con vistas a las montañas nevadas. Fué la mejor manera de empezar la jornada que nos llevaria al Monte Cook. Teniamos que aprovechar el día al máximo en la zona aprovechando el buen tiempo porque los días son muy cortos: no puedes empezar a circular muy pronto por el hielo o escarcha en las carreteras y luego anochece sobre las 6 de la tarde y con la experiencia de la segunda noche preferimos llegar a los sitios para dormir mientras haya luz para ver como está el terreno.
A escasos metros de donde dormimos estaba el desvio hacia el Mont Cook Village, 50 kilómetros de una carretera perfecta que discurria en su primera parte junto al Lago Pukaki. En un mirador paramos a retratar el paisaje de montañas y agua bajo un sol espléndido y un cielo azul sin una nube.
De nuevo aprovechamos el camino para hacer muchas fotos en marcha y los primeros planos de las ovejas, grandes protagonistas en este país.
Al llegar al village del Monte Cook fuimos directos al centro de información del DOC ( Department of Conservation) a preguntar sobre caminatas por la zona. Es un edificio muy moderno con montones de fotografias y paneles acerca de la zona y donde nos atendió una amble señora que nos indicó los caminos más populares y donde podriamos ver dos paisajes muy diferentes.
Sin perder tiempo nos fuimos hacia la zona de aparcamiento del Hooker Valley desde donde salia el camino hacia el glaciar y el lago del mismo nombre. La caminata era de unas 3 horas ida y vuelta pero no disponiamos de tanto tiempo si queriamos ir luego a la otra zona y llegar a nuestro lugar para dormir antes que se hiciera de noche, osea que planeamos una hora de ida y otra de vuelta.
De entrada el camino, en perfecto estado y muy cuidado, ya nos ofrecia un primer plano de unas montañas nevadas impresionantes: el Mont Footsool, La Perouse y el Mont Wakefield. Al poco nos encontramos con un puente que cruza el rio Hooker y a la izquierda del cual se encuentra el lago glacial Mueller, en su mayor parte helado.
Siguiendo el trazado y cruzandonos con gente que ya venia de bajada tras una curva empezó a aparecer la estrellla de la zona el Aoraki Mount Cook: imponente con su cima puntiaguda y completamente cubierto de nieve...bestial!!!.
Tras cruzar un segundo puente seguimos parte del camino hasta llegar a un refugio y unos baños, sí, aquí hay baños en todas partes, hasta en medio de la montaña...y casi siempre con papel. Allí decidimos que era momento de darnos la vuelta si queriamos ver todo. El camino de regreso fué ágil con una mini parada a comernos una barrita de cereales y chocolate.
Al llegar a la campervan aprovechamos a llenar agua para beber y tirar la basura, aquí no se puede tirar en cualquier parte y en muchos letreros te indican que la lleves contigo hasta zonas indicadas para tirarla, algo que nos parece genial y da gusto llegar a sitios libres de acampada donde no ves nada de basura en el suelo.
Por otra carretera cercana nos desviamos hasta el Tasman Valley cruzando puentes estrechos sobre rios de agua del deshielo.
Desde el parking tomamos un camino ascendente que nos llevó primero hasta los Blue Lakes ( Lagos Azules), pero en esta época del año están helados por lo que de azules tenian poco. Un panel informativo explicaba de manera muy clara porque vemos los lagos de diferentes colores: si los vemos grises o marrones es porque circula por ellos agua de origen glacial, si los vemos azules es cuando el agua de origen glacial está aposentada en el lago y si los vemos verdes es porque están llenos de agua de lluvia.
A medida que subiamos el camino pudimos ver los 3 pequeñitos lagos helados justo antes de llegar al punto más alto desde donde pudimos admirar el Tasman Lake y al fondo el glaciar del mismo nombre.
El lugar de nuevo precioso: lago semihelado con trozos del glaciar desperdigados por él, montañas nevadas donde aún tocaba el sol y el final del glaciar con una pared de hielo con colores azules increibles. De nuevo otro panel explicaba la evolución del glaciar en los últimos años y como será en el futuro; cada año desaparecen entre 400 a 800 metros del glaciar y de los casi 30 kilómetros que tenia hace unos años se espera que en unos pocos años más no llegue a mas de 20.
Cuando el fresquito era ya más apreciable tocó el momento de volver y tomar camino de salida del lugar. Habia que deshacer los 50 kilómetros de la mañana pero aún hicimos una última parada en el primer mirador de la mañana, esta vez no estabamos solos, para hacer las últimas fotos.
En unos 40 minutos llegamos hasta unos 3 kilómetros antes de Omarama donde hay una zona de camping libre del DOC junto al rio Ahuriri, nuestro lugar para pasar la noche. De nuevo nadie por allí a nuestra llegada, sólo vimos llegar un par de coches más siendo ya de noche pero no sabemos si se quedaron, no se veia nada...demasiada oscuridad, jajaja.
Tras la cena y el chocolatito nada mejor que meterse en la cama bajo los edredones a ver una peli en el dvd de la campervan, vimos Lluvia de Albóndigas, una peli de dibujos que nos recomendaron nuestros sobrinos Martina y Bruno, grandes fans de esta peli....la verdad es que nos reimos un ratillo viendola antes que nos venciera el sueño.
Mañana nuestro objetivo es llegar hasta Oamaru, de nuevo volvemos a la costa este donde si la suerte se pone de nuestro lado podremos ver pinguinos de ojo amarillo en unas playas cercanas.
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