lunes, 27 de abril de 2015

Las dos caras de Delhi


Mientras que esta ciudad es la puerta de entrada de la mayoria de gente a India, para nosotros es casi el punto y final a dos meses recorriendo el norte de este país.

A la gente que llega por primera vez a  Delhi la Old City ( ciudad antigua) suele ser un fuerte impacto por lo poblado de la zona, la cantidad de cazaturistas y el bullicioso movimiento en sus calles y bazares. A nosotros todo esto ya no nos impone después de estas semanas por India, es más, estamos de vuelta de todo ello y nosotros mismos nos sorprendemos con la flema y calma que nos lo tomamos todo: a los conductores de tuctuc ya les decimos que no sin mirarles cuando nos llaman, los regateos duran segundos, o es nuestro precio o adiós muy buenas, les dejamos con la palabra en la boca y el bullicio en la calle forma parte de la sonora melodia del paseo.

La casualidad nos hizo reencontranos de nuevo en Delhi con Juan, el 50% de la pareja que vive en Sanghai, pero mayor casualidad fué que nos alojaramos en el mismo hotel en habitaciones puerta con puerta. Patri, su pareja, está en un  retiro meditando durante 10 dias a las afueras de la capital.

Juan habia estado semanas atrás en Delhi con un amigo hindú con el que comparte estudios en China, por lo que nos dió buenos consejos sobre que visitar y como movernos. Esa primera tarde fuimos juntos a una zona de New Delhi que nos hizo darnos cuenta que tenia poco, muy poco que ver con la India que habiamos conocido.
Y es que New Delhi ( la ciudad nueva) está formada por calles anchas con buenas aceras, llenas de comercios de grandes marcas, restaurantes y bares. A su vez hemos visto gente con estilos de vestir más occidentales, sobretodo a las mujeres, así como calles muuuucho más limpias y sin vacas!!!.

Nuestro segundo día transcurrió por la zona donde estamos alojados, prácticamente la frontera entre la New y la Old city. Se trata de una calle entera donde el bazar es el centro de todo y tiene una semblanza a la India más tradicional de barullo y jaleo. Tomando un batido de leche con mango en un concurrido local nos despedimos de Juan, pues al día siguiente se marchaba a recorrer Orcha, Kajuraho y Varanasi.

Nuestro primer dia de  visita turística empezó paseando por tranquilas avenidas arboladas hasta llegar a la Puerta de India, un arco de triunfo de 42 metros de altura en memoria de los soldados del ejército hindú fallecidos en la Primera Guerra Mundial y las guerras contra Afganistán.






Por la zona donde se situan algunas de las embajadas seguimos camino hasta nuestro segundo objetivo:  el Gandhi Smitri, un museo dedicado a la figura de este lider hindú. En esta casa vivió los últimos 144 días de su vida antres de ser asesinado en la misma durante su paseo diario.






En el conjunto se conserva dentro del museo, en su planta baja, la habitación donde vivia en sus estancias en Delhi objetos personales, así como un largo número de carteles y fotos sobre diferentes épocas de su vida.

En la parte superior del edificio hay un museo multimedia de lo más particular. Difícil describirlo: combinando diferentes aspectos de la vida y pensamientos de Gandhi, se han integrado pantallas de led, efectos de luz y sonido de todo tipo y combinaciones entre estrambóticas e ingeniosas. Lo recomendamos, y además fuimos acompañados de un guia que nos dió todas las explicaciones y sin ningún coste.







En la parte exterior dentro de los jardines se encuentra destacado el lugar donde fué asesinado y el camino, marcado con unas pisadas, que recorrió desde la puerta de su habitación hasta el lugar de su muerte.

En una sombra del jardín aprovechamos a descansar un ratillo y "cerrar los ojos unos minutillos".

Para llegar a la zona del Palacio Presidencial, Ministerios y Parlamento teniamos una caminata, que aunque no muy larga, sí bajo un sol de justicia, por lo que cogimos un tuctuc que nos dejó en la puerta.





Increible conjunto de edificios a un lado y otro de una gran avenida que por un lado empieza en la Puerta de India y por el otro acaba en el Palacio del Presidente. Seria por que era sábado o por ser la hora del mediodia no eramos más de 20 turistas los que allí estábamos; nos sentiamos como hormigitas en medio de todo el conjunto.




Los edificios no se pueden visitar en su interior y el Palacio es sólo visible desde unas vallas algo lejanas, pero valió la pena llegar hasta allí. Rodeamos el edificio del Parlamento, altamente vigiliado por policias y militares, para poder llegar a la calle que nos llevó hasta Gurdwara Bangla Sagib, el mayor templo Sihk de Delhi.

En Pushkar ya visitamos un templo Sihk, pero aquel día allí no habia nadie, algo muy diferente de lo que nos pasó aquí.

Llama la atención ya desde el exterior el gran edificio de mármol blanco con sus cúpulas doradas. Dejamos los zapatos, nos pusimos un pañuelo en la cabeza, lavamos manos y pies, ...todo antes de acceder al templo.



Accedimos al edifico central, lleno de gente, donde sorprende una enorme cúpula dorada con grandes lámparas. En un lateral un grupo de Sihks cantaba los versos de su libro sagrado ante una especie de altar donde no figura ninguna imagen. Sobre el suelo enmoquetado grupos de fieles escuchan y rezan, muchos de ellos ataviados con el característico turbante, y otros con sus ropas blancas y puñal colgando de la cintura.


Al salir vimos la gran piscina donde realizan sus baños para purificarse y alrededor de la cual peregrinan. Dimos otra vuelta por el exterior hasta que dimos con el comedor. Los templos Sihks se caracterizan por dar de comer de forma gratuita a todo el que llega allí, sea de la condición y religión que sea. Y cuando nos disponiamos a entrar nos paró un señor mayor, sihk por supuesto, que nos preguntó de donde eramos, si habiamos entrado en el templo central y que entendiamos de todo aquello. No le pareció muy convincente lo que le dijimos y nos dijo: seguirme!!!.

Lo primero que hizo fué llevarnos hasta las cocinas, donde un grupo enorme de voluntarios preparaban todo lo que después se sirve en el comedor. Inmensas ollas, máquinas de chapatis, gente amasando,...increible lo que se necesita para dar de comer a más de 10.000 personas cada día!!!. El 90-95% del gasto queda sufragado por las donaciones, pero no tanto por las que se realizan en el templo, sino por la de fieles particulares ( muchos sihks son gente adinerada y colaboran muchísimo).






Nos explicó muchas particularidades de su religión, fué muy explícito y no reparó en hacernos muchas preguntas, dentro de una gran corrección y humor. Luego nos llevó hasta la oficina que tienen para extranjeros donde nos dieron un folleto, en castellano, sobre que es el sihkismo. Gracias a todo ello aprendimos que los sihks (que  significa discípulo)  no se cortan nunca el pelo y lo deben llevar siempre recogido, que llevan una pulsera de acero, no consumen ni tabaco ni alcohol, no creen más que en un Dios supremo pero no tienen ninguna imágen representativa de él y siguen las enseñanzas del Guru Granth Sahib, libro sagrado de esta religión. Antes de despedirse de nosotros el amable señor nos dijo que el también era voluntario por lo que todo esto lo hacia de forma desinteresada.

Como ya sabiamos el camino fuimos al comedor. Una sala enorme con unas largas esterillas de punta a punta servian de zona para senatrse, todos en fila y por orden. Bandeja en mano nos sirvieron dal( lentejas) y chapatis ( tortas de pan) junto al montón de gente que teniamos por todos lados. Fué un momento muy fraternal y conseguimos entretener al estómago.



Nos pareció entonces que era justo volver al templo y leer lo que el librillo nos explicaba. Nos sentamos en un ladito y nos quedamos un buen rato acompañados de fieles y cánticos.

Tras dar la vuelta al lago, para hacer así el pack completo, salimos del recinto muy contentos por lo visto y aprendido. Sumamos otro pequeño conocimiento de una religión que desconociamos en cuanto a sus valores y principios.



Y como de religión va la cosa resulta que cruzando la calle encontramos una bonita iglesia católica ( la Catedral del Sagrado Corazón) y claro, no podiamos dejar de entrar y curiosear.

A destacar que el número de fieles en el interior no tenia nada que ver con lo visto hacia un rato, pero es que la comunidad católica en esta ciudad de más de 20 millones de personas apenas pasa de las 100.000 (según datos wiki).



Pusimos una velitas para nuestras familias y amigos y seguimos camino hacia el hotel.

Una vez allí por whatsup nos empiezan a llegar mensajes de familia y amigos sobre si estamos bien...¿por qué?, ¿qué ha pasado?. Nos explican el terrible terremoto que ha habido en Nepal y que ha afectado  a su vez a India y China. No podemos más que pensar en lo injusto que es que a un país con tantas dificultades se le sume otra de esta magnitud, miles de muertos y hogares destruidos. Nos duele porque apenas hace dos meses hemos estado por esas calles, pueblos y ciudades, tratados genialmente por sus gentes y del cual nos fuimos con un gran recuerdo. Mandamos rápido un mail a  la guesthouse de Pokara donde estuvimos alojados para saber sí nuestra mami nepalí y su marido estaban bien, pero aún no hemos tenido respuesta.

Lo que son las cosas, justo delante del hotel hemos ido a cenar un par de veces a un restaurante  nepalí que se llama Everest. Esa misma noche fuimos también, son gente muy correcta y amable y por sus caras parece que de ánimo están bien, pero seguro llevan su pena por dentro.

Para el último día completo en la capital hemos visitado parte del Old Delhi y así descubrir por nosotros mismo lo que de él se habla.

Fuimos primero a ver el Fuerte Rojo por su parte exterior. Un enorme recinto de entrada nos mostró su fachada principal y gran parte de su muro exterior. Poca sorpresa para nosotros después de los fuertes vistos hasta ahora.




Paseando por  varias calles del bazar nos fuimos a buscar la Jama Masjid, la mayor mezquita de Delhi. Tampoco entramos, pues no nos parece bien que a los turistas nos cobren 300 rupias por entrar con la cámara, algo que se han inventado para sacar tajada, pero sí pudimos ver parte de su gran tamaño desde el exterior.





Además lo más interesante lo teniamos en el exterior...¿ quién no ha visto un desguace de coches en la tapia de una mezquita?, ¿ algo habitual?...en India todo es posible!!!,....


Volvimos a adentrarnos por las callejuelas del bazar, donde un auténtico ambiente hindú nos rodeaba, porque los únicos guiris que vimos iban subidos en tuctucs recorriendo comodamente la zona.





Calles llenas de vida, y eso que estaban más tranquilas por ser domingo, donde nos sentimos de nuevo en nuestra salsa, donde la gente apenas nos mira, donde somos nosotros los que miramos todo. Si hay que poner un pero a todo ello es la pesadez de los conductores de rickshaws, que son pesadísimos, y llegan a sacar lo peor de tí en algunos momentos.

Tras una parada a comer unas pakoras en un puesto callejero, nos encantan, nuestra intención era coger un tuctuc hasta el hotel, pero acabamos llegando a patita.



La tarde la repartimos entre comprar cosillas para el tren de mañana, hablar por skype con la family y buscar información de Borneo en la red. Volvimoa a cenar en el nepalí y a dormir.

Mañana nos queda recoger bolsas y al mediodia coger el tren que nos llevará hasta Hyderabad, nada más y nada menos que 22 horas de tren. Una vez allí por la noche volamos a Kuala Lumpur donde llegamos al día siguiente de madrugada. Esa misma mañana vuelo hacia Kuching en la Isla de Borneo ( Malasya).

Va a ser un traslado largo y suponemos que cansado, pero económicamente bueno, jajaja...





viernes, 24 de abril de 2015

Últimos días en Bikaner


Nuestros últimos días en el hostel como voluntarios han sido igual de gratos que los primeros o inlcuso más. A medida que nos hemos cogido confianza mutuamente nos hemos reido más con todos, nos haciamos bromas y todo era mucho más distendido.




Carol se ha llevado además dos grandes recuerdos extras de estos días: la jefa, que tiene un taller y tienda de ropa junto al hostel, le regaló una falda chulísima, y a su vez la invitaron para ir a una " despedida de soltera tradicional".






El día antes de la boda la novia celebraba en su casa su última noche de soltera junto a un grupo de mujeres, y sólo mujeres,  vestidas todas con preciosos saris. Allí tras la cena bailan en solitario o en grupo y le dan dinero a la novia. Fué una gran oportunidad de vivir algo muy diferente.

Continuamos siendo tratados muy bien por la familia: nos invitaron de nuevo a helados, batidos e incluso a cerveza, y el último día comimos pollo!!!.

El día antes de marcharnos coincidió con la celebración del Día de la Fundación de Bikaner y tienen una manera preciosa de celebrarlo. Es tradición ese día que las familias se reunan en las azoteas de sus casas y hacer volar cometas, la mayoria hechas por ellos mismos. Desde primera hora de la mañana pudimos ver a montones de cometas volando y así estuvieron hasta que anocheció.








Y como tiene su final, nuestros 8 días en Bikaner también. Nos supo mal no podernos despedir en persona de Yogi, estubo fuera todo el día y se le hizo tarde, pero sí lo pudimos hacer del resto. Agradecimos el trato recibido y no dejaron de darnos las gracias por lo mucho que les hemos ayudado, sobretodo Nanu, que le dijo a la jefa que iba a echar mucho de menos nuestra ayuda.

Nanu nuestro mentor en Bikaner



Nos acompañaron en coche hasta la estación donde nos esperaba nuestro tren nocturno destino Delhi.

Antes de empezar nuestros días de voluntarios no sabiamos muy bien que nos ibamos a encontrar y si 8 días iban a ser muchos o pocos. Finalmente, podemos decir que se han pasado muy rápido, hemos estado muy agusto y a su vez hemos aprendido algunas cosas más de la cocina hindú. El trato con gente local, principal motivo de realizar este servicio, ha sido muy satisfactorio, aunque al principio cuesta un poco integrarse. Nuestro carácter más latino es en el fondo muy diferente al suyo, además de las costumbres claro, pero a medida que pasaban los días encontramos puntos intermedios.

Tenemos un buen contacto en India a partir de ahora y si alguien quiere venir por aquí de viaje o sabe de alguien que quiera venir  podemos organizaros junto con Yogi un recorrido a medida a un gran precio.

Creemos que viendo como a ido todo, si se dá la ocasión, repetiremos una labor como esta.

P.D. Nada más llegar a Delhi hemos recibido un mail de Yogi donde nos cuenta que las puertas de su casa estarán siempre abiertas a nosotros de por vida, que nuestra ayuda a sido muy superior a lo esperado y que espera estar en contacto con nosotros.

No hay nada más gratificante que sentirse bien valorado por lo que haces.