martes, 7 de abril de 2015

Udaipur: lo que mal empieza...


Salimos de Pushkar a las 7 en punto de la mañana en un bus local que nos llevaba directos a la estación de Ajmer a coger el tren. El bus iba a reventar de gente local, la mayoria mujeres, que no pararon de cantar durante los casi 50 minutos de viaje!!!. Al principio hace gracia y es curioso pero tras tanto rato.....

Por primera vez en muchos dias el tren llega puntual; viajamos de nuevo en vagones de segunda clase, sólo son 5 horas y aunque empezamos de pié al poco Carol con una sonrisita se gana al personal y consigue hacerse un hueco y sentarse, jijiji....

A poco más de media hora de salir frenazo del tren y nos paramos.  ( Ahora viene un trocito un poco  macabro, por si alguien se lo quiere saltar, pero es la realidad de lo que ha pasado).

Al lado de nuestro vagón se arma un revuelo terrible y vemos mucha gente mirando bajo el tren: hay un hombre debajo estirado, no sabemos como ha sido pero finalmente nos enteramos que estaba muerto y con un brazo seccionado, que mal rollo. La misma gente del tren lo saca de allí, llega la policia, ambulancia y se lo llevan. Nosotros seguimos camino.



En la primera estación que paramos un hombre muy amable me hace una señal para decirme que se va a bajar, que ocupe su sitio...gracias!!!!.

Puntuales llegamos a Udaipur, que éxito, y regateando conseguimos buen precio para ir al hostel en tuctuc. ¿ sabeis cuando alguien te da mala espina?, pues eso nos pasó con el conductor y no nos equivocamos.

Nos deja en una calle y nos indica que la que sube por la izquierda es la nuestra. Le decimos que él nos tiene que dejar en la puerta misma del hostel, que es lo acordado. De mala gana arranca y nos lleva por la calle sin saber bien donde va, se le nota. Finalmente nos dice: ahí está; pues no chavalín el nuestro se llama Jamal Villas Ghuesthouse y ahí pone Jamal Nawas Palace. Pregunta a gente de allí y le toca recular mientras nos dice que en vez de 40 rupias serán 80,uyyyyy, que mal vamos....nada de nada!!!, te has equivocado tú, te hemos enseñado la dirección, el nombre y tu has dicho que sabias cual era. Renegando por lo bajini, suponemos que poniéndonos a parir, llegamos a la calle y el lugar correctos.

Le pagamos y empieza la aventura del alojamiento. Siempre miramos fotos, descripción de los hostels así como los  comentarios en internet y este tenia buenas notas. De momento la entrada desde la calle es por un patio cutre donde hay un pequeño establo con una vaca!!!. Empiezan entonces un montón de escaleras empinadísimas y estrechas por donde nos llevan un señor y un chico que apenas saben nada de inglés.

Subiendo más escaleras aún, conseguimos hacerles entender que tenemos reserva,...ahhh, vale, y con un follón de llaves terribles empiezan a abrir puertas. Justo intentan abrir las que estas ocupadas con gente dentro, de chiste. Al final y tras descartar las de la planta de arriba del todo porque hace mucho calor dentro, nos dan una en la planta intermedia que no tiene mucho que ver con las fotos que habiamos visto. Sube una mujer, con mejor inglés y nos pide la confirmación de la reserva, se la enseñamos, a la vez que el pago ya realizado, y nos dice que ellos no tienen notificación. Empezamos a dudar que estemos en el lugar correcto, y más cuando le preguntamos que donde tienen el restaurante y el jardín que describe la web del hotel. No tienen restaurante y menos aún jardín.

Nos empezamos a calentar un poco y la mujer opta por llamar al dueño, me pasa el teléfono y hablo con él. Bueno, primero nos dice que tranquilos que no hay que pagar nada que  él sí tiene la confirmación de reserva y pago, pero que lo del restaurante no es posible; me cuenta dos historias, que no me creo, y que lo del jardín debe ser un error de la web. De todas formas luego viene y habla con nosotros.

Haber no es que la habitación esté muy mal, en peores plazas hemos toreado, pero de lo que hay a lo que muestran en las fotos hay un trecho largo, pero os vamos a ahorrar los detalles.

Decidimos salir a ver Udaipur. La que fuera antigua capital del reino Mewar es conocida como la ciudad de los lagos y un lugar muy tranquilo y romántico. De sus lagos, todos artificiales, destaca el Pichola por ser el mayor de ellos y en cuyo centro se encuentra un edificio que en su día fué el Palacio Real de Verano y hoy es un hotel de lujo dondé se grabó parte de la película Occtopusy de James Bond.





Haber, así de entrada y con todo lo bueno que habiamos leido de la  ciudad, la primera impresión ha sido: ¿ seguro que Udaipur es ésto?. Tenemos el lago muy cerca del hostel y al ir a verlo desde uno de los puentes que lo comunican con unos barrios cercanos pues bien pero no mata. Rodean varios ghats esta zona del lago, tampoco es para tirar cohetes, y las callecitas  están llenas de tiendas y tienen un tráfico de motos, tuctus y coches terrible, con lo cual tienes que ir con mil hojos para que no se te lleven por delante.






Dimos unas vueltas buscando donde comer algo para una cena temprana y aunque hay mucha oferta vimos precios desorbitados , otros  estaban cerrados y algunos no nos gustaron...al final nos aconsejaron unos chicos de unas tiendas donde ir. Diriamos que cumplimos el trámite de cenar, punto ( aquí también preferimos no dar detalles).

Reconocemos que estabamos un poco agobiados por lo que nos rodeaba, lo que habia pasado desde que llegamos, y nos sentamos en un sitio pequeñín a tomar un lassi. Luego volvimos al puente sobre el lago a relajarnos un poco, la temperatura era buena y se estaba tranquilo.

Cuando volvimos al hostel nos encontramos con el dueño, hablamos un rato de lo ocurrido, nos dió sus explicaciones y reconoció errores en la web, pero vamos, que no es ni para volver ni para recomendar.

El segundo día en Udaipur ha empezado genial: hemos desayunado huevos!!!. Ayer buscamos por internet recomendaciones de donde comer en la ciudad y encontramos un lugar bueno, bonito y bastante barato.

El Templo Jagdish fué nuestra primera visita del día. Subir por su empinada escalinata y descubrir un lugar interesante y especial fué todo uno. Primero fuimos recibidos por un par de amables señores con suficiente castellano para enseñarte cuatro detalles del templo y luego acabar vendiéndonos la moto  para que visitemos su escuela de pintura...ay que habies pinchado en hueso malandrines, jajaja.






Exteriormente es un templo muy bonito y trabajado en piedra que nos recordó mucho a los de Khajuraho. El interior, sin posibilidad de fotografiar, reune una zona central octogonal con columnas de piedra y al fondo una impresionante figura negra vistosamente adornada de Vishnu. Nos sentamos en un lado del templo y nos quedamos un buen rato observando un grupo de mujeres que cantaban sin parar  e incluso un de ellas se puso a bailar. Fué un rato muy " espiritual".

A pocos metros del templo se encuentra el Palacio de la Ciudad, uno de los lugares importantes a ver en Udaipur.





Es el mayor complejo palaciego de todo Rajastán y se empezó a construir por iniciativa del Maharana Uday Sighn allá por el 1559 y completado durante más de 300 años por sus descendientes. Aún hoy existe una zona privada de uso por los familiares del fundador en el mismo palacio.





Nuestros flamantes  carnets de estudiante nos hicieron ahorrarnos un buen pico en la entrada y eso no hizo empezar la visita con mayor ilusión.

La visita al conjunto la forman varias de las dependencias palaciegas comunicadas por pasadizos y estrechas escaleras que nos llevaron a patios, despachos, habitaciones, salas de recreo y descanso ...

Llaman mucho la atención las salas repletas de espejos de colores así como los balcones y paredes repletas de cristalitos y figuras muy bonitas y lustrosas.






Cientos de cuadros explican la vida de todos los Maharanas de la familia: sus guerras, sus cacerias, sus vidas en palacio,...

Si situación sobre una pequeña colina hace que desde las partes mas altas se divisen buenas vistaz del lago Pichola por un lado y de la ciudad de Udaipur por el otro.






En otra sala del palacio se encuentran una coleción de objetos de plata de la familia, tronos, carruajes, ornamentos para los caballos y utensilios varios, así como las dependencias más privadas como algunas habitaciones usadas en la época, la cocina y el baño.







La visita es muy amena y el palacio, sin ser descomunal, es bonito. A destacar el uniforme de los empleados de vigilancia, chulísimo!!!. Y como curiosidad, la fundación creada por la actual familia  y que cuida del mantenimiento del Palacio tiene expuestas las gafas que usó el actor que daba vida a Ghandi en la película.



La tarde la pasamos paseando por algunos de los bazares de la parte vieja de Udaipur. Las calles más cercanas a nuestro hotel son más tranquilas y puedes ver trabajar a artesanos en sus pequeñísimos talleres y agrupados por profesiones.

Las calles más céntricas del bazar volvieron a ser una locura de tráfico, bocinazos y estrecheces, desluciendo un poco una de las calles que más nos gustó donde montones de tiendas de saris daban color y alegria. Finalmente acabamos haciendo fotos de lo que nos parecia más curioso, jejeje...






Cenamos de nuevo en el Lotus Café, donde desayunamos por la mañana. Esta vez en la terraza ubicada en lo alto del edificio, con vistas a parte de la ciudad y el palacio, a la luz de las velas y comiendo pollo después de muuuuchos dias, jajaja...ah, y una cerveza!!!.


La mañana del día siguiente quisimos darle  nueva oportunidad a otra zona del bazar donde se encontraban los artesanos del calzado, las especies, mercados de frutas y joyeria.




Pero de nuevo lo más interesante se encontraba en la parte menos ruidosa del bazar donde vimos varios talleres que manualmente hacian vasijas de metal para guardar agua, que duro trabajo. En la parte central del bazar más de lo mismo que ayer, demasiado jaleo, aunque es atrayente pasear y ver la vida de cada dia de sus gentes y sentirte observado a cada paso como bicho raro que anda perdido por allí.

Por la tarde nos bajamos andando un buen paseo hasta un pequeño parquecito junto al lago donde la gente, diremos que local pues guiris no vimos mas de 3,se acerca a ver la puesta de sol. Y tenemos que reconocer que fué preciosa; el lago y las montañas nos dejaron muy buen sabor de boca. Para redondear la tarde repetimos lugar de cena y menú, un pollo al curry buenísimo, acompañado de chapatis y unas verduras con salsa de queso.







Por cierto, como les gustan los colorines a los hindús, sino a ver quien es capaz de ponerle lucecitas de colores en plan discoteca a unas pérgolas junto a un lagito, jajajaja....





Salimos mañana pronto dirección Ranakpur a ver los mayores templos jainistas de toda India y seguidamente con otro bus llegar hasta Jodhpur a dormir. Allí pasaremos los siguientes dias en la llamada ciudad azul.



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