Ranakpur: impresionante templo jainista

El camino entre Udaipur y Jodhpur tiene, entre otros, un lugar interesante donde parar a hacer una visita: los templos jainistas de Ranakpur.

Para ello cogimos un bus de los que llaman gubernamentales, creemos que se refieren a que no son privados, y que siguen una estética muy hindú ( veanse las fotos).

Curioso que una vez dentro haya una fila de 3 asientos a un lado y de 2 a otro. El sistema de refrigeración interior se compone de todas las ventanillas abiertas y el público evidentemente local y variopinto.

Tras 3 horas de camino y varias paradas en pueblecitos a recoger y dejar gente llegamos a Ranakpur, concretamente a pié de carretera donde se encuentran los templos.

Dejamos las bolsas en consigna y nos fuimos a tomar un té a la espera que fueran las 12, hora en que abren los templos al público, pues en las primeras horas de la mañana están reservados para el rezo.

Los templos de Ranakpur son los  mayores templos jainistas de toda India, pero ¿ quienes son los jainistas?. Es una religión hindú muy antigua que no cree en textos sagrados ni sacerdotes bramanes, y su máxima es encaminar el alma hacia su liberación y la conciencia divina. Los monjes jainistas tienen un respeto absoluto hacia la naturaleza y los animales llegando a extremos increibles: filtran el agua antes de beberla para que no contenga microorganismos, no comen nada que crezca bajo tierra para que al arrancarlo no dañar ningún animal, no comen después de la puesta de sol,....Asimismo la castidad, el no robar, el desplazarse siempre andando y sobretodo la no violencia son algunas de sus votos.

El complejo lo forman tres edificios, pero el principal y más grande era nuestro primer y principal objetivo.

Con la entrada teniamos una audioguia " gratis" en castellano que nos explicaba muchos detalles e historia, realmente interesante, pero aquí lo que importaba realmente era admirar el interior: espectacular.

Es muy difícil explicar lo que vimos y seguramente las fotos no mostrarán el detalle de todo. Las comparaciones son feas y muchas veces injustas, pero a nuestro parecer este templo supera a los de Khajuraho en cuanto a calidad de sus esculturas y sus detalles.

El edificio se sustenta sobre 1.444 columnas de mármol  que son toooooodas diferentes. Esculpidas con miles de motivos increibles que reflejan el altísimo nivel de los escultores que allí trabajaron, y no sólo por las columnas, sino también por los techos y bóvedas. A nosotros algunos detalles nos recordaron mucho a los trabajos hechos de puntilla que cosian nuestras abuelas o las piezas de encaje de bolillos, pero esculpidas sobre mármol.

En la parte central se encuentran ,en cada uno de los cuatro costados, imágenes de
Adinath, la deidad a la que está dedicada el templo y no está permitido a los no fieles acercarse a la cámara central así como hacer fotos, aunque nosotros hicimos una pequeña trampita, pero es que las imágenes eran muy bonitas y con unos ojos que llamaban mucho la atención.

Después de dar vueltas y vueltas por el interior salimos del templo no sin antes hacer una última mirada hacia atrás intentando retener en las púpilas la belleza del lugar.

Visitamos otro pequeño templo junto a éste, que aunque bonito, no tenia nada que ver con el anterior y nos fuimos a la cantina que hay junto a los templos a comer un thali muy rico y muy barato.

Volvimos a recoger las bolsas y nos fuimos de nuevo a pie de carretera a esperar el bus que nos debia llevar a Jodhpur. Allí esperando, y es que si el mundo es un pañuelo India aún más, nos encontramos una chica de Shangai con la que coincidimos en el Palacio de Udaipur . Le hizo mucha gracia vernos de nuevo y viajamos juntos hasta nuestro nuevo destino durante 5 calurosas horas en otro bus del mismo estilo del de la mañana.

Al llegar nos preguntó si teniamos reserva de hostel, y como ella no tenia y era ya de noche se vino al nuestro a ver si habia sitio. Compartimos tuctuc y al llegar, aunque dijeron que estaba lleno, le apañaron una habitación para que pasara la noche.