Rompiendo la estadística de los últimos dias amaneció en el Lago Paringa una mañana sin lluvia, incluso con algún resol y con unas vistas a pié del lago increibles, os prometemos que las fotos no están ni trucadas, ni modificadas ni compradas.
Teniamos por delante un día atrejeado de visitas osea que en marcha. Primera parada el Fox Glacier.
Por una carretera de buenas curvas, montañas nevadas y cruzando diversos puentecillos llegamos al desvio hacia el parking de acceso al glaciar. Una caminata por el inmenso valle que en su día ocupara el glaciar, muy retrocedido en los últimos años, nos llevó en unos 30 minutos hasta la zona límite de seguridad sin vas por libre, pues con guias de empresas de aventura puedes adentrarte en el interior.
Aunque por el camino ya pudimos ver una parte del mismo fué desde el mirador donde tuvimos la mejor vista posible del mismo, ya que para tener una visión espectacular y completa sólo es posible con una de las empresas que organizan los vuelos con helicópteros o avionetas. De todas formas a nosotros ya nos pareció una maravilla contemplar la parte que vimos, con esos tonos azul turquesa del hielo y esas formas puntiagudas y astilladas que forman el glaciar. Envueltos de montañas enormes y montones de caidas de agua decidimos volver para seguir camino.
Bajando de nuevo hacia la carretera principal vimos a un chico haciendo autostop y paramos para ver donde iba; nos dijo que al pueblo de Fox, a poca distancia de allí y al decirle que nosotros ibamos hacia el Lago Matheson nos pidió si podia venir con nosotros. Total que allí llegamos los tres y empezamos juntos el camino pero luego él se adelantó y ya le perdimos la vista.
La principal visita a este lago es que desde uno de sus miradores tienes visión directa de las mayores montañas del país incluido el Monte Cook, y como las aguas del lago son muy oscuras eso favorece la reflexión de todas esas montañas. Cuando llegamos pudimos verlo con todo su esplendor ya que el tiempo y las montañas despejadas ayudaban a ello. Realmente increible el efecto espejo del lago con los picos nevados y un cielo tan azul.
Nuestro tercer objetivo del día se situaba a una media hora de conducción: el Franz Josef Glacier. Tomando la pista que de la carretra pincipal nos llevó hasta el parking empezó a ponerse el día más gris pero agunató así hasta que volvimos a la campervan.
Aquí el camino fué de unos 45 minutos de ida pero a poco de salir ya pudimos ver el glaciar al final de un enorme valle rodeado de nuevo de montones de caidas de agua. A medida que nos acercábamos y gracias a un poquito de sol que lo iluminó vimos con mucho detalle los reflejos de color turquesa del glaciar, una maravilla.
Cuando llegamos al mirador vimos que este glaciar, almenos desde esta posición es más ancho que el Fox y con mucha más pendiente, lo cual lo hace mucho más espectacular, ¡¡ nos encantó!!.
Ya de regreso paramos en el pueblito de Franz Josef a vaciar y llenar depósitos de agua, comprar unas cosillas en el super y aprovechar wifi con nuestra tarjeta Spark comprada aquí. Resulta que Spark tiene por el país unas cabinas telefónicas con conexión wifi gratuita para sus clientes y donde puedes conecterte siempre que quieras con un tope máximo de 1 G diario. Aprovechamos para mandar noticias de que todo sigue bien a la family y amigos y nos pusimos en marcha a buscar donde dormir.
Tras barajar varias opciones optamos por mirar de encontrar una zona de recreo con baño que recomendaban en uno de los blogs que seguimos y aunque nos costó un poquito dimos con ella. Se trata de un lugar al lado del rio Whataroa donde hay también un pequeño helipuerto y unos baños. Estuvimos más solos que la una, bueno habia un coche cuando llegamos pero nadie dentro, creemos, y hacia un frio importante. Mañana con la luz del día veremos mejor que es lo que nos rodea.
Hoy nueva sesión de cine infantil: Gurú mi villano favorito, nos reimos mucho, aunque tuvimos un pequeño lápsus de cerrar los ojos la vimos hasta el final.
Dormir en el aparcamiento de una empresa de helicópteros puede tener la consecuencia que a las 9 de la mañana mientras estás recogiendo lo de dormir y acabando de desperezarte un helicóptero aterrice a escasos metros tuyos, y así nos pasó. Llegó dejo a alguien que se subió al coche que pasó la noche junto a nosotros y cada uno se fué por su lado, uno volando y el otro rodando.
De nuevo solos descubrimos el resto del paisaje que nos rodeaba: prados, un rio con agua color turquesa, montañas nevadas y un cielo azul impoluto.
Ya en marcha durante el camino vimos muchas zonas donde habia helado así como las que empezaban a tocarles el sol y producian vapor, la noche fué realmente muy fria.
Hoy teniamos una etapa un poco de transición entre la zona de los glaciares y el norte de la costa Oeste sin destacados sitios para visitar. Aún y así llegados al pueblo de Ross hicimos una primera parada. Este pueblo fué en su día el Gold Town gracias a su mina de oro y hoy en día mantiene unas casas reconstruidas a modo de Museo al aire libre; vimos la rueda del molino de agua , la torre de la perforadora, la prisión, la iglesia, una casa típica y el banco, todo ello muy cuidado y bien restaurado.
La siguiente parada fue en Hokitika donde aprovechamos el wifi de la biblioteca para ponernos al día de whatsup y mails. Un corto paseo para ver la torre del reloj y otros edificios nos llevó hasta la playa donde el Mar de Tasmania daba duro contra la costa, muestra de lo habitual del caso los montones de troncos que estaban en la arena, aunque siempre alguien sabe darle un uso práctico a las cosas.
Greymouth era la parada principal del día, sobretodo su piscina, donde tras un remojón nos esperaba una siempre agradable ducha de agua caliente, pena que los jacuzzis no estaban operativos. Al salir nos fuimos al super ( no hay día que no pisemos uno) y de nuevo a la biblioteca de esta ciudad. Cuando llegamos ya habia cerrado pero el wifi estaba en marcha osea que con el frio que hacia aparcamos frente a la puerta sin molestar pero en un sitio no permitido.
Al cabo de un rato un coche con señoras ya mayorcitas se paro a nuestro lado y tras bajar la ventanilla nos advirtió que ahí no se podia aparcar...osea que nos tocó movernos y perder la señal del wifi. Finalmente nos sentamos en las escaleras de la biblioteca que dan a la calle y aunque nos quedamos como dos cubitos de hielo pudimos colgar el blog y mirar info de próximos dias.
Para ganar algo de tiempo en vez de quedarnos a dormir ahí nos fuimos unos 45 kilómetros más allá hasta Punaikaiki donde mañana visitaremos las Pancake Rocks. Hay habilitado a un par de kilómetros de éstas un parking sólo para campervans self-contained, como la nuestra por ejemplo, y al llegar habian únicamente dos campervans más, osea que perfecto pues no hay baño cercano y aunque tenemos el nuestro portátil no hay nada como hacer pis en el campo sin tener que apuntar y no manchar la taza, jijiji...
El día en su mayor parte ha sido de un sol radiante, a eso de las 4 se empezó a poner feo y nos cayeron cuatro gotas en Greymouth además de hacer mucho frio. De camino a Punaikaiki hacia bastante viento y una vez instalados mientras cenábamos empezó a llover con ganas y el viento a soplar fuerte, lo que hemos dicho de otros veces, que en un solo día tienes de todo en cuanto al tiempo en este pais.
Tras una noche donde apenas paró de llover e incluso de granizar la mañana empezó gris y ventosa. Como a 2 kilómetros estaba la oficina del I-site donde habia baño nos fuimos hasta allí antes de desayunar. Justo enfrente mismo de la oficina se encuentra la entrada hacia las Pancake Rocks y los blowholes nuestra primera visita del día. Tras mirar el día que hacia y viendo la previsión del tiempo que preveia grandes lluvias, granizo y hasta nieve a 400 metros decidimos que como justo en ese momento no llovia ibamos a hacer la visita que eran unos 20 minutos de caminata y luego desayunariamos.
Y dicho y hecho, bueno más bien deshecho porque no habiamos dado ni diez pasos que empezó a llover y granizar de tal manera que nos dimos la vuelta. Tras desayunar y ver que aquello calmaba pero no mejoraba mucho nos enfrascamos y de nuevo a la visita.
De nuevo nos tocó un fuerte viento, lluvia, granizo...pero almenos vimos el lugar. Las Pancake Rocks sonnunas curiosas formaciones rocosas que el viento, la lluvia y sobretodo la fuerza del mar se han ido erosionando creando unas formas redondas que se "asemejan" a un pacake. La verdad es que son chulísimas y se ven perfectamente, pena que el aire y la lluvia no nos dejara pasar más rato allí.
En uno de los lados de las rocas pudimos ver uno de los blowholes o agujeros sopladores; la fuerza del mar ha creado unos agujeros entre las rocas y los dias de mala mar entra con presión por debajo y ocasiona una especie de chimenea de agua.
Tras el rápido paseo volvimos a refugiarnos en la campervan bien mojados y pelados de frio. Desde ahí tomamos la carretera que continua junto a la costa dirección Westport. La lluvia y el fuerte viento no paró en todo el camino, incluso cuando llegamos a Tauranga bay donde por un camino junto a la costa nos acercamos a ver una colonia de focas.
Aquí de nuevo el tiempo nos la jugó pues salimos que hacia un medio resol y a los 5 minutos cayó agua y granizo, que sumado al aire nos dejó de nuevo calados. Almenos disfrutamos, como pudimos bajo las capuchas y el paraguas de las focas. Desde un mirador vimos un montón de ellas sobre un grupo de rocas, incluso algunas crias junto a sus madres, fué precioso a pesar del tiempo.
En el otro lado de esta bahia se encuentra el cabo Fouldwind al que nos acercamos para ver su faro, reconstruido tras el original que era de madera. Unas vistas de acantilados y rocas en el mar fueron lo demás que vimos.
Ya desde ahí nos adentramos en la pequeña ciudad de Westport. Aparcamos junto a la biblioteca a comer algo cuando una chica nos picó a la puerta para decirnos algo así como que ahí no se podia aparcar sin un ticket. Extrañados pues no habia ningún cartel al respecto cambiamos el coche de lugar y preguntamos en una gasolinera donde nos confirmaron que ahí se podia aparcar por libre. Entramos a la biblioteca donde de nuevo preguntamos por lo del aparcamiento y de nuevo nos dieron el ok; allí la amable chica encargada de la biblioteca nos dijo donde podiamos enchufar la tablet, móviles, camara... y ahí estuvimos hasta las 5 que cerraban.
En ese rato no paró de diluviar, luego granizó, al poco por un lado salió el sol y después un arcoiris doble completo, y es que el tiempo es cambiante de manera radical.
Nos pusimos luego en marcha camino de Nelson, donde queriamos dormir al siguiente día, con la idea de parar a medio camino en alguna de las dos areas de camping libre junto a la carretera. Llovió bastante casi todo el camino hasta que justo llegando a la primera area de camping encontramos un letrero luminoso en la carretera avisando de conducir con cuidado debido al mal tiempo, y tan malo pues estaba nevando!!!.
Al parar en esa primera area, un simple descampado, vimos un par de camiones y operarios llenando sus remolques, al momento nos dimos cuenta que eran para tirar sal por la carretera, y pensamos que no era buen lugar para quedarse. Avanzamos unos kilómetros más hasta el area de Kawatiri y allí junto a otra campervan nos quedamos a hacer noche.
En ese momento ya caian copos de nieve bien hermosos y estaba cuajando, las máquinas quitanieves iban carretera arriba y abajo y nosotros cenamos y a la cama, ya mañana veriamos que nos encontrábamos al despertarnos.
Es sorprendente! Gracias a vosotros estamos conociendo rincones espectaculares de nuestro mundo, aunque la envidia nos continua afectando, lógico!
ResponderEliminarCreo que todos estamos aprendiendo un montón de geografia y además descubriendo sitios increibles, ojalá todos los que nos seguís algún día podais ver los increibles lugares que deseis, o hayais soñado alguna vez poder ir.
Eliminar