Cuando empezamos a buscar información sobre que ver en Jaipur, capital del Rajastán, vimos que era una ciudad interesante, pero muchos blogeros habian tenido malas experiencias con lo pesados que son tuctuqueros, vendedores y todo tipo de cazaturistas y eso nos descolocó un poco.
Ahora a toro pasado tenemos que decir que Jaipur nos ha gustado bastante, que nos hemos sentido más o menos igual de agobiados que en otras grandes ciudades de India, pero lo que sí nos ha parecido en algunos aspectos es que estábamos en una ciudad más musulmana que hindú: hay bastantes pequeñas mezquitas y se oyen las llamadas al rezo, hay muchas tiendas que venden sandalias,babuchas, dulces...
Jaipur es conocida como la ciudad rosa por el color de la mayoria de edificios en su parte antigua, aunque a nosotros nos ha parecido más color arena rojiza que rosa, pero para gusto...los colores.
Mantiene muchos edificios realmente bonitos y unas calles llenas de bazares con soportales llenos de tiendecitas, y sobre ellas grandes terrazas y casas.
Salimos a pasear por sus calles entrando a la "ciudad rosa" por una de sus muchas lustrosas puertas pero era domingo y la actividad comercial muy baja, lo cual agradecimos para poder pasear más tranquilos y admirar los edificios.
Tres de los principales lugares de visita en Jaipur se encuentran muy cerca de los bazares: El Palacio de los Vientos ( Hawa Mahal), El Palacio de la Ciudad y El Observatorio Astronómico( Jantar Mantar).
Del primero vimos por fuera su fachada principal que es preciosa. Es un conjunto de decenas de ventanitas desde donde las mujeres que vivian en el Palacio podian ver lo que pasaba en el exterior sin ser vistas ellas.
Del segundo vimos su entrada, no muy llamativa. Además como sólo se pueden ver los edificios por fuera y la entrada era carísima pasamos de él.
Y del tercero cuando quisimos entrar estaban ya cerrando, osea que quedó pendiente para el día siguiente.
Volvimos a recorrer algunas calles de los bazares donde habia mas actividad y nos entretuvimos un montón sólo con observar todo lo que nos rodeaba: vendedores saludándonos a nuestro paso pero de manera simpática, niños jugando en las terrazas, tiendecitas de saris llenas de colores, unas cabras peleándose con unos monos, menajes de todo tipo en plena calle...esto sí que es India....y nos gusta!!!.
Pasamos por delante del cine Raj Mandir, un edificio pintoresco que por dentro se ve que es muy bonito y donde proyectan películas bollywood. Estuvimos mirando el precio de las entradas, no estaba mal, pero nos tiró para atrás que la peli duraba 3 horas...uff, quizás demasiado teniendo en cuenta que además es sólo en hindi.
Estando ya en el hotel y después de cenar paso algo que hacia mucho que no veiamos en nuestro viaje: se puso a tronar y a llover!!!...pero duró poquito.
El segundo día en Jaipur amaneció soleado y como no caluroso. Nos fuimos a visitar el Fuerte de Amer, a unos 12 kilómetros de Jaipur, y de nuevo prescindimos de la oferta del hotel de ir en un tuctuc. Salimos a la calle de atrás del hotel y paramos un bus local que nos llevara al centro para desde allí coger otro al fuerte, pero tuvimos la suerte que ese mismo bus nos dejaba en la puerta de nuestro destino y por 20 rupias cada uno,guay!!!.
Los buses locales dan para escribir y mucho, pero casi mejor os damos un consejo: coger alguno si alguna vez venís a cualquier país tipo India o del resto de Asia.
Bajamos del bus y nos encontramos de frente con el fuerte en lo alto de una colina, bestial. La subida por las empinadas cuestas puede realizarse de dos maneras: andando o a lomos de un elefante, ¿ adivinais como lo hicimos nosotros?... evidentemente andando.
Por el camino de subida nos encontramos a dos chicas con las que nos cruzamos dos o tres veces el día anterior por los bazares y nos saludamos. Ellas ya volvian de la visita y nos dieron una buena noticia: la entrada al fuerte hoy era gratis!!!!.
La parte que se visita del fuerte realmente es una residencia palaciega construida con arenisca roja y mármol blanco, que pertenece a un fuerte que se encuentra 3 kilómetros más arriba y que está conectado por pasadizos internos, y todo ello rodeado por unas murallas que serpentean por las montañas que rodean Amber.
Pasear por sus edificios es perderse en un sinfín de estancias, habitaciones, balcones, baños turcos, salas de audiencias y sobretodo lo que más nos gustó: el vestíbulo de los espejos. Paredes, techos y columnas llenas de pequeños ornamentos y figuras de espejo le dan al lugar un brillo y un encanto muy especial.
Desde las estancias más altas vimos grandes vistas y en las más bajas parte de los pasadizos que conectan con el fuerte.
Ya de bajada comimos algo y nos refrescamos antes de coger de nuevo el bus hacia Jaipur. Por el camino pasamos junto al Jal Mahal o Palacio sobre el agua, curiosísima su ubicación.
Nos bajamos en el centro de los bazares junto a los tres lugares de visita que vimos de pasada el día anterior.
Nos acercamos hasta el Observatorio astronómico y nos llevamos otra sorpresa: también se podia entrar gratis, pero ahora ya sabiamos porqué: el 30 de Marzo es el día de Rajastán y los museos son gratis.
El Observatorio es el mayor de los 5 que mandó construir en India el marajá Jai Sighn, gran guerrero y aficionado a la astronomia. Imaginar una gran esplanada con
una serie de monumentos escultóricos, algunos enormes, con los que a través de la sombras y el sol se realizan cálculos de astronomia y dicen que a día de hoy se usa para saber las fechas de los monzones. La verdad es que por mucho que leiamos los paneles explicativos no fuimos capaces de entender todo aquello, pero no dejó de ser curioso.
Dado que aún teniamos tiempo y las entradas eran gratis nos fuimos al Palacio de la Ciudad, pero mira por donde este museo es privado y de gratis nada de nada.
Nos quedaba entonces ir hasta El Palacio de los Vientos, que sí era de acceso libre, del cual habiamos visto su fachada mas célebre ayer. Primeramente nos sentamos en un banco a la sombra en su primer patio donde nos relajamos un buen rato ( alguien hasta mucho) antes de empezar la visita.
Nuevamente nos encontrábamos ante un bonito palacio lleno de estancias, pasillos y escaleras, y de mucha gente local.
Lo más curioso fué poder ver la fachada de las ventanitas desde la parte interior y tener vistas desde lo alto de los bazares y el resto de Jaipur.
Al igual que ayer volvimos andando al hostel recorriendo las calles que hoy sí tenian todos los comercios abiertos y mucha más vidilla.
Mañana nos vamos a Puskhar, una pequeña ciudad a los pies de un lago y uno de los cinco lugares sagrados de peregrinación para los hinduistas.