Pues dicho y hecho: tras cuatro cambios de transporte( no habiamos previsto un taxi desde la carretera hasta el puerto de Parapat) y casi 6 horas de camino ya estamos en Tuktuk.
Tanto cambio y tanto viaje da para escribir mucho de ello, pero no queremos aburriros, por eso sólo explicaremos lo más remarcable:
1. BUS de Berastagi a Kabanjahe: antes de subirnos estuvimos intentando regatear con el conductor el precio y al final desde dentro una señora nos grita que el precio que nos pedian era el oficial, que subamos ya!!!. ¿Tendria prisa?.
2. BUS de Kabanjahe a Siantiar: mientras nos subian las maletas al bus preguntamos precios y un abuelete me lleva a un ver un papel con las tarifas a cada destino, olé tú!!!...primera vez que nos encontramos alguien tan honrado.
En el viaje compartimos mucho rato con un hombre que apenas hablaba inglés pero no dejaba de hablar, fué muy simpático y nos acabó pidiendo nuestros nombres y el teléfono. ¿Nos llamará?. ( a decir verdad el hombre no dejó de hablar conmigo, a Carol le hizo poco caso por lo que ella se dedicó a ir haciendo fotos del exterior).
3. BUS Siantiar a Parapat: tras intentar regatear el precio, no fué posible pues creemos que era el oficial, pero no dejamos de insistir al conductor que nos debia dejar cerca del puerto de Parapat para coger el ferry, hasta 3 veces se lo dijimos...y cuando vamos a salir resulta que nos cambian de conductor. Vimos que el anterior le explicó algo, creemos que le dió instrucciones.
4. TAXI Parapat a Puerto: al bajar del anterior bus el chófer se encargó de que nos recogiera un taxi compartido para ir al puerto y a escondidas nos dijo que pagáramos 4.000 rupias. Al preguntar al taxista nos pidió 4.000 pero por persona!!!. Le dijimos que de eso nada. Al final pagamos 4.000 los dos, faltaria más.
5. FERRY Parapat a Tuktuk: tras discutir precio con la gente del ferry, han subido el doble en poco tiempo ( dicen que el petroleo, las tasas, etc.) , compartimos viaje y charla con una pareja alemana y otra neozelandesa, mientras disfrutábamos del paisaje y una apremiante tormenta.
Ya de nuevo en tierra firme nos acercamos a Liberta Homestay, de la cual habiamos leido buenas referencias. Un gran jardín junto al lago, una gente muy amable, buenos precios y unas habitaciones en típicas casas Bataks nos hicieron decidir enseguida.
A diez pasos de la habitación tenemos el lago con unas vistas hacia las montañas increibles, y el sitio es muy tranquilo. Salimos a dar una vultecilla por la zona, campos de arroz, casitas, tiendecitas, pequeños bares...todo perfecto.
Cenamos en el porche y a descansar... tapaditos con el edredón, que gusto!!!!, bueno yo más tapadito.
Tuktuk es un pequeño pueblo que se encuentra en la Isla de Samosir, una isla dentro del Lago Toba, que es el más grande de Indonesia ( 100km de largo por 30 de ancho) y el mayor del mundo de origen volcanico. Es un pueblo que vive del turismo, la tejeduria, la talla de madera y del campo, y sus habitantes son descendientes de los Bataks, tribu guerrera y canibal que fue pacificada tras el gobierno colonial holandés. Son además la mayor congregación cristiana de Indonesia.
El primer día completo en la Isla lo empezamos andando desde Tuktuk hasta Ambarita por un camino paralelo al lago. Nada más salir vimos la primera iglesia, de las muchas que hay por aquí, así como las típicas casas Bataks de madera, preciosas.
Campos, cultivos, flores, verdes montañas...todo es naturaleza allá donde mires.
Vimos muchos niños que volvian a casa desde el cole con sus uniformes, pero la mayoria ya descalzos, están deseando salir para descalzarse. Se nota que están acostumbrados al turismo, pues aunque alguno saluda la mayoria pasa por nuestro lado sin mostrar gesto alguno, aunque siempre hay excepciones.
Pasadas un par de iglesias, y muchas veces junto a las mismas casas, llama la atención las imponentes y decoradas tumbas bataks, muchas de ellas con el estilo de sus propias casas.
Poco antes de llegar al pueblo desde lo alto de una curva las vistas eran preciosas, el verde llega hasta el mismo verde del lago que a esa hora presentaba un agua calmada, nos parecia estar en el caribe.
Ambarita es poco más que una calle principal que la cruza de norte a sur y otra que baja hacia un pequeño embarcadero donde atraca el ferry a Parapat. Gran parte de estas dos calles están llenas de pequeñas tiendas de souvenirs: camisetas, batiks, tallas de madera, pulseras....
La principal atracción del pueblo es el pequeño museo al aire libre donde se pueden ver varias casas típicas Bataks, una de ellas incluso por dentro, así como las Sillas de Piedra. Este conjunto de 300 años de antiguedad era donde se sentaba el consejo del pueblo a decidir sobre la suerte de los enemigos cuando eran capturados; si se le consideraba culpable era sacrificado en una piedra destinado a ello, troceado y cocinado con carne de búfalo para disfrute del consejo. En fín, cosas de la antigua historia de este pueblo.
Salimos del recinto y dimos una vuelta por las tiendas de souvenirs siendo la atención de todas pues estabamos solos. Por una parte del lago se empezó a poner el tiempo muy feo y decidimos ir regresando no sin antes parar a comer algo en una terracita de un chiringuito en el camino con muy buenas vistas.
Aunque oiamos la tormenta cerca al llegar a Tuktuk dimos una vuelta por el pueblo, nada especial más que hostels, tiendecitas, algunos bares o restaurantes y muy poco turista. Viendo todo ello, que no nos gustó mucho,nos dimos cuenta de lo bien que estábamos en nuestra Homestay.
Tras una sesión de colada y ducha tocaba cenar, y mientras esperábamos ésta uno de los chicos de la casa me ofreció jugar al ajedrez con él, hace años que no jugaba!!. Me perdonó el jaque mate un par de veces explicandome la jugada y finalmente le gané gracias a que me dijo como hacer un par de movimientos, total que nos reimos bastante, porque muy serio no fué el juego, jajaja.
Tras la cena la lluvia regresó como cada día, hoy más tarde de lo habitual y nos quedamos en el porche chateando con familia y escribiendo el blog.
Estando desayunando coincidimos con una pareja argentina que nos dijeron que se iban de excursión a la enorme cascada que vemos desde la casa. Uno de los chicos locales nos explicó como llegar y mientras que ellos se fueron adelantando nosotros nos fuimos a preparar.
Una vez saliendo del pueblo y tras pasar unas típicas casas Bataks el camino empezó a estrecharse y empinarse atravesando la jungla!!!. Nos encontramos a una pareja americana que junto a un hombre del pueblo subian también y acabamos el tramo final juntos. Nuestro improvisado guia, pura energia, nos llevó hasta el mismo cauce del rio por donde se subia hasta la caida de la cascada. Carol, visto el percal que era subir, dijo que se quedaba allí a la sombrita y fresquita esperando.
En poco pero dificultoso trozo llegamos a pié de la cascada, increible la vista desde allí, no sabria decir los metros que veiamos de caida, pero eran muchos. La pareja americana no dudó en meterse al agua y hacerse unas fotos muy artísticas, ella era modelo, el hombre local se unió y a mi al final no me quedó más remedio para dejar el pabellón catalán bien alto ( con lo que me cuesta a mi bañarme en agua tan fria).
La vista hacia arriba desde allí impresionante, las fotos no hacen justicia. Tras un rato de charla volví donde estaba Carol esperando que no se creia que me hubiera bañado, jajaja..menos mal que hay fotos que lo prueban, y que venia chorreando claro. Comimos unas cosillas que traiamos y bajamos hacia el pueblo con cuidado pues el camino tenia su miga. Desde un claro pudimos ver buenas vistas desde lo alto de los campos y el lago, precioso.
Para recuperar bien hicimos , como ayer, una parada en un chiringuito y aunque parezca broma la tormenta, sí hoy otra vez, sonaba muy cercana y el cielo tomó un gris muy peligroso osea que era hora de volver. No habiamos hecho más que sentarnos a tomar un té calentito cuando en dos minutos empezó a caer agua de lo lindo y salvo algún descansillo puntual ya no paró de llover en toda la tarde noche.
Luce el sol en nuestra nueva mañana en el Lago Toba y sin perder tiempo les pedimos a los chicos alquilar una moto para irnos a recorrer parte de la isla. Aquí todo es fácil y rápido para ellos, osea que tras el desayuno la tenemos preparada.
Existe la posibilidad de dar la vuelta entera a la isla, unos 160 kilómetros, pero la parte sur tiene las carreteras en mal estado y no vale la pena correr riesgos innecesarios, por lo que nos dirigimos en dirección norte hasta justo el punto opuesto de Tuktuk, Pangururan, donde através de un pequeño puente se unen la Isla de Samosir con la península de Sumatra.
La carretera discurre en gran parte cercana al lago o almenos con vistas de él, por lo que sencillamente el paisaje es maravilloso y relajante: verde de los campos y las montañas, azul del lago y montones de casitas con el estilo Batak, así como arte funerario con las particulares tumbas de estos habitantes.
Seriamos capaces de parar en cada curva para tomar una foto y sentarnos a disfrutar del lugar, el lugar lo vale, de todas formas paramos bastantes veces, jajaja....
A medida que subiamos hacia el norte de la isla fuimos perdiendo de vista las enormes montañas que tenemos junto a Tuktuk a la vez que vimos bastantes más viveros de piscifactorias en el lago así como gente pescando; también grandes campos de arroz, maiz, café,...que finalizan allá donde el agua empieza, y es que la estrecha linea entre el verde y el azul es una característica de toda la isla y por momentos nos recordó a los paisajes que vimos en Irlanda, nuestro primer viaje juntos, auque aquí sin acantilados.
Vimos un letrero que marcaba un hotel con "playa " en el lago y nos desviamos pensando encontrar un lugar de descanso, y cuando llegamos aquello era un gallinero de gente y niños bañándose!!!!, que chasco.
Constantemente por el camino nos encontramos pequeños nucleos rurales y aunque pasamos un par de pueblos fué al llegar a Pangururan cuando vimos una población algo mayor. Justo allí está el puente que une la Isla de Samosir con la península de Sumatra, bueno un puentecillo cutre por el discurre un remanso de agua que comunica un lado y otro del lago.
Pasamos el puente y seguimos carretera arriba dirección Tele, un mirador sobre la zona pero dimos media vuelta pues tenia pinta que iba a llover en cualquier momento, sin embargo vimos vistas increibles desde la carretera.
Tocaba deshacer el camino de la mañana no sin antes parar a comer algo. Cualquier sitio es bueno de entrada y acabamos en un chiringuito donde un amable matrimonio con sus hijos nos sirvieron carne a la barbacoa con arroz, tapioca y sopa de verduras. Habia allí cuatro chicos que con sus dos camionetas repletas de cacharros de cocina van vendiéndolo por la zona de manera ambulante. Uno de ellos, sin idea de inglés, no paró de bromear conmigo desde que nos sentamos: primero me queria cambiar el reloj con el suyo, luego el móvil y finalmente la gorra (se llegó a poner la mia y ajustarsela a su medida), nos reimos un ratillo con él.
Ya en ruta de nuevo; aún pasando por los mismo paisajes de la mañana, la luz de la primera hora de la tarde le dió un color diferente ( me encantan los colores de la naturaleza por la tarde) y de nuevo paramos a hacer algunas intastaneas.
Aprovechando que no llovia, aunque alguna nube parecia indicar que no tardaria, nos acercamos hasta Tomok, un pueblo a 5 kilómetros al sur de Tuktuk a dar una vuelta y de paso a ver si Carol encontraba alguna camiseta que desde Borneo que busca una pero no hay manera. El pueblo no tiene nada interesante, sólo una tumba de un antiguo Rey pero no fuimos a verla. Sobre la misma carretera se alinean los comercios del pueblo , las iglesias y poco más.
Antes de regresar a la Homestay teniamos que cumplir una promesa que hicimos el día anterior. El hombre que estaba con la pareja americana en la cascada nos dijo que tenia un bar en el pueblo donde hacia un té muy bueno, pagando la voluntad, y nos invitó a que fueramos, osea que allí nos dirigimos.
Se alegró al vernos y agradeció mucho nuestra visita. Nos sirvió un té que hace con 12 especias naturales: canela, cardamomo,gengibre y otras cosas que no sabemos que eran, pero todas recolectadas por él, buenísimo.
Estuvimos de conversación más de media hora, bueno casi de monólogo, porque el hombre no paró de hablar. Así a bote pronto se le podria definir como un idealista de un mundo perfecto viviendo todos en armonia como una única comunidad; estuvo casado con una japonesa, vivió en Tokyo, luego se separó y vivió solo en la selva 8 años y ahora regenta con un amigo un bar donde viven de las donaciones voluntarias. Pero tras la charla, y aunque hay cosas que dice que no deja de tener razón, la verdad es que el hombre era muy majete pero está como una cabra!!!, jajaja....
De nuevo en casita para lavar ropa, ducha y a cenar. Hoy la lluvia se ha hecho la remolona y aparece justo mientras escribimos estas letras (21.15h. hora local).
El último día en Tuktuk fué de relax total: desayuno y baño en el lago. Conocimos a una chica chilena que acababa de llegar al homestay y estuvimos con ella hablando un montón de rato, que bueno volver a hablar castellano, jajaja....
Tras comer juntos nos tocaba despedirnos del Lago Toba; nuevamente nos costó irnos de aquí, ha sido una guinda perfecta en nuestra estancia en Sumatra. En nuestro plan inicial no ibamos a venir a esta isla y estamos encantados de haber cambiado planes y dedicar casi doce dias a recorrer un trocito de Sumatra.
Volvemos a Medan en bus desde Parapat directos al aeropuerto donde pasaremos la noche esperando que sean las 6 de la mañana para coger nuestro vuelo hacia Java, concretamente a Yogjakarta. Desde allí seguiremos contando nuestra aventura en Indonesia.