lunes, 12 de octubre de 2015

Monte Albán: conociendo a los zapotecas.


A las afueras de Oaxaca, a unos 10 kilómetros se situa la importante zona arqueológica de Monte Albán, una de las visitas imprescindibles del lugar. Para poder llegar teniamos dos opciones, los autobuses turístcos o los locales; fieles a nuestra manera de obrar durante todos estos meses de viaje si podemos escogemos la segunda opción antes que la primera, lo que pasa que esta vez se nos torció el tema.

Tomamos primero un camión urbano hasta la estación donde salian los buses locales; en éste nos reimos mucho con el conductor ya que subió una señora con bolsas que vendia comida y con el bus en marcha le preparó al chófer un menú de arroz rojo y chiles rellenos en bolsitas mientras nosotros bromeábamos con ellos, fué muy auténtico.

Ya en la estación ( bueno una calle donde paran los camiones) preguntamos por los de Monte Albán y nos dijeron que los que subian acababan en la Colonia y desde allí a la zona arqueológica habia media hora de empinada cuesta a todo el solano. Total que resignados nos tocó andar unos 15 minutos hasta el hotel de donde salian las vans turísticas. Aún tuvimos suerte que en 10 minutos salia la siguiente.

Junto con una pareja americana y algún local que se subió por el camino llegamos al recinto donde teniamos 3 horas libres de visita antes que el chófer nos recogiera para la vuelta.

Sobre uno de los cerros que dominan la actual ciudad de Oaxaca se construyó un asentamiento zapoteco en la época prehispánica; rodeada por otros asentamientos donde vivian las clases más bajas del pueblo en el punto más alto se establecieron las casas de sacerdotes, nobles y gobernantes, templos y pirámides astronómicas. Una pequeña parte de todo lo que hubo allí es lo que hoy en día vemos gracias a los descubrimientos y las excavaciones arqueológicas; por todo ello forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO desde 1.987.





Empezamos la visita por el Museo para aprender un poco más sobre lo que ibamos a ver, además allí se exponen piezas encontradas en las excavaciones así como piedras esculpidas originales que se han sustituido por réplicas en el exterior.






Ya sobre el terreno recorrimos el extenso plano entre las diferentes construcciones, unas mejor conservadas que otras, pero un conjunto que nos encantó pues puedes hacerte una buena idea de como fué, sobretodo desde lo alto de sus templos Sur y Norte.











Junto a los Templos Centrales o Principales destaca un edificio donde se pueden ver a Los Danzantes, una serie de piedras donde están esculpidas figuras humanas que por su posición los arqueólogos las han dado en llamar así.




Frente a éste en la zona central soprende un edificio que tiene una forma geométrica distinta al resto y girado respecto a los demás. En un panel informativo leimos que se trataba de un observatorio astronómico que orientado hacia el sol les sirvió en su época para pronosticar acontecimientos futuros, preveer lluvias, calcular los ciclos de la agricultura,...





Pero la mejor explicación nos la dió uno de los vendedores que andan por el recinto con máscaras y figuritas de barro que dicen que ellos mismos elaboran. Estaba sentado justo frente a un adoratorio del Templo Principal en la entrada de una pequeña tumba; empezamos a hablar sobre Monte Albán, nos explicó muchas cosas interesantes, luego de ahí nos sabemos como pasó a temas más de la vida civil mexicana, narcos, pasos de droga a USA, temas gubernamentales...lo cierto es que estubo muy agradable; lo mejor fué que cuando pasaba algún guia con su grupo se callaba, suponemos que para que no pensara que les quitaba clientes, jajaja.






Otro lugar muy interesante junto a uno de los templos es la presencia de la Estela de piedra más alta y antigua de Monte Albán con 5,80 metros de altura y erigida entre el 100 ac y el 300 dc. Se cree que pudo ser un instrumento astronómico así como por su sombra establecer la posción de mediodia, una de las cuatro subdivisiones del día.




La última zona que visitamos fué el Juego de Pelota, presente en la mayoria de centros ceremoniales prehispánicos. Este juego se realizaba en un campo alargado con unos muros inclinados rebozados de estuco para que la pelota regresara al terreno. La pelota pasaba de un lado a otro y debian introducirla en un agujero central golpeandola sólo con la cadera, los codos y las rodillas.



Acabamos así una visita que nos gustó muchísimo, teniamos ganas de volver a ver lugares así después de tantas iglesias, jajaja. Tomamos el mismo transporte de regreso al centro y de ahí a casita. Llegamos a eso de las 4 nos preparamos un pequeño tentempié típico ( chicarrón, quesadillas y puré de frijoles) y dormimos una siesta.



Ya por la tarde noche salimos a dar una vuelta para ver el ambiente del centro, los edificios iluminados, algunos grupos de música tocando en la calle y cenar un poquito, esta vez probando el mole rojo, que aunque rico yo casi prefiero el poblano.





Semáforos oxaqueños


Mañana nos espera un día completito visitando varios lugares a las afueras de Oaxaca sumándonos a un tour, os lo contaremos.

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