martes, 13 de octubre de 2015

Turisteando por Oaxaca.


Los que nos vais siguiendo, gracias por ello que nunca os las damos, sabeis que sólo nos sumamos a un tour cuando la ocasión bien lo merece o las combinaciones de trsnsporte son complicadas. En esta ocasión habia un lugar que no nos queriamos perder, Hierve el Agua, pero comparando ir por nuestra cuenta o en un tour donde además veriamos otros lugares nos hizo decantarnos por éste, teniendo en cuenta además que el precio era más que razonable.

Nos preparamos nuestras tortas con puré de frijoles, tomate, aguacate, queso y jamón, unas para desayunar y otras para la comida y nos fuimos a la agencia donde llegamos casi 30 minutos antes de la salida del tour.


A eso de las 10.15h nos pasó a buscar un chófer y subimos a una minivan donde todos eran guiris no castellanoparlantes, algo que nos extrañó pues sabiamos que tendriamos guia toda la jornada, pero en castellano claro. La cuestión es que tras 5 minutos de recorrido por la ciudad paró en una esquina, nos hizo bajar y nos sumamos a otra miniván en la que ahí sí hablaban todos castellanos y en la que entonces los guiris fuimos nosotros pues todos eran mexicanos!!!.

Nos pusimos en marcha, la guia, Patri, presentó al chofer, Aarón,  y nos empezó a dar una charla sobre como iria el día, los lugares a visitar, tiempos en cada uno y los tickets en cada zona que ya sabiamos no estaban incluidos en el precio del tour. Nos gustó mucho como explicaba la cosas, lo cual presagiaba un buen día de visitas, así como la gente del grupo: delante se sentaban una madre y una hija, ya mayorcetas, que al estar delante del todo fué con la que menos trato tuvimos. Delante mio una pareja mexicana pero que vive en San Diego que empezaron más tímidos pero muy agradables, a mi izquierda un matrimonio que vive en DF que los dos trabajan en Pemex ( petrolera de México) y que au que muy campechanos que notaba que manejaban pasta de la buena ( lana le llaman aquí) y en la fila del fondo se sentaba Carol con un par de abuelilas de DF que tendrian más de 70 años  que eran divertidísimas.

La primera parada fué en Santa Maria de Tule, un pequeño pueblecito cercano a Oaxaca donde se encuentra según el Record Guiness el árbol con el tronco más grande del mundo, un sabino nada menos que de 58 metros de circunferencia. Para preservar la zona, muy cuidada, los lugareños han vallado el conjunto del árbol y la iglesia y para acceder hay que pagar 10 pesos. Tras la charla de la guia unos niños-guia merodean por allí para enseñar a los turistas las diferentes formas de las ramas y a las que le han puesto nombre por asemejarse a animales o personas.








Tras la visita al impresionante árbol y la pequeñita iglesia volvimos a la minivan y nos comimos unas nieves ( helado típico) de leche quemada y tuna roja ( higo chumbo). Mientras estábamos ya todos listos y esperando a las abuelitas ví que una de ellas estaba apunto de subirse en otra miniván aparcada más abajo: señoraaaaaaa que estamos aquiiiiiiiiií!!!, nos petamos de risa con ella.

De nuevo en marcha, esta vez dirección Teotitlán del Valle a ver unos talleres donde hacen tapetes y artesanias con la lana. De camino pudimos ver desde la minivan el exterior de las Cuevas de Yagul y alguna de sus pinturas rupestres, asientamientos de hace más de 10.000 años que hace pocos años han pasado a formar parte del Patrimonio de la Humanidad.





Ya en el pueblo paramos frente a un taller donde un chico nos dió primeramente la bienvenida en zapoteco, dialecto muy usado por los habitantes del que es considerado el primer pueblo zapoteca. A continuación nos explicó todo el proceso de elaboración de sus tapetes y artesanias, desde como les llega la lana, la lavan y la cardan, luego la hilan y después el proceso de coloración natural.





Este punto fué muy interesante ya que sólo usan colorantes naturales para conseguir todos los colores y sus diferentes tonalidades cobinando a su vez los diferentes colores naturales de la lana. Así oor ejemplo de la grana de la cochinilla del nopal consiguen el rojo, el azul de la planta del índigo, el amarillo de la cáscara de la granada, el café de la cáscara de nuez,...

Pasamos luego a ver la zona de los telares donde elaboran los tapetes, nos explicó lo que tardaban, los diseños que realizan, etc. y luego llegó, claro está, el momento business, el cual aprovechamos nosotros para chafardear todo: bolsas, bolsitos, cinturones, tapetes,...todo muy bonito, pero caro. Además hasta que no vaciemos la bolsa no hay espacio para nada aún.

Continuamos camino, que se nos hizo muy ameno con las conversaciones con nuestros compañeros de viaje que no paraban de recomendarnos lugares a visitar por el país, soprendidos además del tiempo que ibamos a estar visitando México y de nuestros anteriores meses y destinos de viaje.

Llegamos al acceso a Hierve el Agua donde aquí hay que pagar unas cuotas a los pueblos mancomunados por donde pasa la carretera, una especie de peajes que hay que respetar sí o sí. Una vez en el aparcamiento la guia nos indicó el camino pues ella por ser guía externa no puede acceder a la zona, son los guias locales los únicos que pueden guiar a los turistas por la zona, un negociete que se tienen montado.

Pero, ¿ qué tiene de especial este lugar?. Se trata de unas cascadas petrificadas de las que sólo existen dos de este tipo en todo el mundo: Pamukkale en Turquia y aquí.
Son unas cascadas naturales formadas hace miles de años con un agua de alto contenido mineral, sobretodo carbonato de calcio, simplemente alucinante. Se llaman de esta manera pues del manantial que nace el agua ésta sale como si hierviera pese a estar a una temperatura de 24 grados. En la parte alta de una de las cascadas se crearon unas pozas que hoy en día son muy frecuentadas por turistas y locales a modo de balneario natural.













Como sólo disponiamos de una horita no nos dió tiempo a más que verlas desde los miradores y darnos un buen baño. Nos hubiera gustado por haber ido hasta el pié de ellas, pero para ello se necesitaba más tiempo. De todas formas, y a pesar del montón de gente que habia, fué una visita única!!!.

Esta vez fué el grupo el que nos estaba esperando a nosotros pues nos retrasamos un poco al tener que cambiarnos de ropa; el resto del apenas bajaron a ver las cascadas y se subieron a la sombrq y picotear por las paraditas del lugar.

Por el camino de regreso pudimos ver un precioso paisaje de la Sierra Madre, cordillera montañosa que cruza México de Norte a Sur formando parte de las montañas que van desde Alaska hasta Chile reocrriendo toda América, al igual que la carretera panamericana por la que circulamos un tramo por la mañana.

Llegó la hora de parar a comer y en la agencia ya nos explicaron que se trataba de un buffet donde era voluntario el uso del mismo, nosotros preferimos llevarnos nuestra comida, primero porque que así nos ahorrábamos unos pesitos y segundo porque yo tuve un día el estomago pachucho justo después de cenar en un buffet en San Miguel de Allende y como que no tenia ganas de repetir. Nos comimos unas ricas tortas y unos trozos de chicharrón que nos supieron a gloria; de todas formas la gente del grupo que sí comió allí nos dijeron que estubo bien pero no les vimos muy entusiasmados.

Pusimos rumbo al cercano San Pablo Villa de Mitla para visitar el sitio Arqueológico de Mitla. Aquí ya el grupo se hizo más pequeño, las abuelillas prefirieron ir a ver el mercadillo y el matrimonio de DF a ver el pueblecito. El resto con Patri entramos a la visita; aquí ella tuvo un gran detalle con nostros pues resulta que al ser domingo todos los nacionales entran gratis y nos comentó que si no pedian credenciales en la entrada pasaramos sin hablar y nos colaba con el grupo. Justo entramos con más gente y en la puerta el vigilante empezó a decir: ¿ cuantos estranjeros?,¿dos, cuatro?, Patri dijo que ninguno y el chico del matrimonio que vive en USA dijo: todos mexicanos,..nosotros ni mú,claro, jajaja. No es que nos ahorraramos ninguna fortuna pero sí fué un buen detalle que luego le agradecimos de palabra y con una propina.

Mitla fué un importante asentamiento zapoteca tras el abandono de Monte Albán y aunque mucho más pequeña la zona excavada mantiene más elementos originales y diferentes. Destacan los palacios con sus patios de columnas, las habitaciones, así como la ornamentación de grecas de piedra en sus muros, preciosos y muy laboriosos para los materiales con los que contaban entonces.





Paseamos por varios edificios mientras Patri nos iba dando explicaciones del lugar y pudimos entrar en algunos recintos, como las tumbas encontradas en el patio central y el interior de un templo que se cree que en poco tiempo ya no se podrá acceder para evitar su deterioro.









A destacar que sí no se conserva más en la zona arqueológica fué debido a la masiva destrucción a la llegada de los españoles que usaron las piedras de las construccciones zapotecas para construir la actual iglesia de San Pablo, otra atrocidad de aquellos tiempos por parte de los conquistadores.



Salimos de la interesante visita y ya nos estaba esperando Aarón con la miniván, sólo faltaban las abuelillas y el matrimonio de DF. Éstos aparecieron subidos a un mototaxi (igualito a los tuctucs de Asia) y como vieron que faltaba gente dijeron que seguian de paseo viendo el pueblo 5 minutos más. Patri se fué al mercadillo a buscar a las abuelillas y volvió al rato sin encontrarlas y como suponiamos que se habian despistado fuimos Carol y yo en su búsqueda.




Tras pasar por el mercadillo y  la iglesia al final encontramos a una de ellas al final del pueblo mientras que la otra habia ido en busca de un baño, vaya pareja...finalmente volvimos todos a la miniván.

Nos quedaba entonces la última visita del día y la más lúdica: visitar un palenque de elaboración artesanal de Mezcal. Ya en el lugar un chico que trabaja allí nos hizo una explicación muy dinámica de la elaboración.

El mezcal es una bebida alcohólica que se obtiene destilando las pencas del maguey o ágave. Aunque se elabora con varios tipos de estas plantas sólo la espadín es la que se planta, las demás son silvestres y las van a buscar por las sierras.

Cuando la planta tiene entre 6 y 8 años se le cortan todas las hojas dejando el tronco central ( piña) y se pone a cocer en un horno excavado en la tierra durante tres días. Pasado ese tiempo se muele en un rodillo de piedra tirado por caballos hasta obtener una pasta fibrosa. Todo ese bagazo se coloca en unas tinas de madera donde se le deja macerar varios días añadiendole solamente agua, allí fermenta de manera natural para ir porduciendo el alcohol.








Luego toda esa masa se coloca en una olla a hervir y se destila obteniendo el licor, pero este pasa por una segunda destilación de la cual se deshechan los 5 primeros litros por su alto contenido de etanol y el resto es el que se embotella. Apartir de aquí según el tiempo de almacenado puede ser blanco ( 2 meses), reposado ( 1-2 años) o añejo ( hasta 5 años). Luego se establecen otras variedades si se le añaden al momento de la destilación, como la de pechuga de pollo, que nos hizo gracia probarla, pero no le encontramos sabor.

Tras toda la explicación pasamos a la degustación empezando por el añejo, reposado y blanco, increible como sube la sensación del alcohol a medida que bajas de tiempo de almacenado. Probamos diferentes variedades con diferentes agaves y las cremas de mezcal elaboradas con fruta natuales. Todas ellas acompañadas de sal de gusano de maguey y naranja en vez de limón, riquísimo. Nos compramos una botellita para ir dando cuenta de ella durante las semanas que nos quedan por México y nos fuimos habiendo descubierto mucho de esta bebida mal asemejada al tequila.




Ya en Oaxaca de nuevo nos dejaron en el centro y de ahí andando hasta casita. Fué una jornada completa y muy interesante, quedamos muy contentos de haber tomado la decisión de hacer el tour.

Nos preparamos un buen plato de pasta con tomate y atún tras la ducha y caimos rendidos en la cama.

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