A veces la casualidades hacen que en el otro lado del mundo además de familia vivan amigos, y este ha sido el caso aquí en México DF. Alejandro es un mexicano amigo de Carol y su familia que estuvo viviendo muchos años en Barcelona antew de regresar a su país y ahora ha sido el momento de reencontrarnos con él, bueno yo de conocerlo pues no tenia el gusto.
Fué una alegria inmensa por parte de Carito ( así llama él a Carol) y Alejandro volver a verse tras tantos años. Fuimos los 3 de paseo por el Barrio de la Condesa y La Roma viendo calles, parques así como la vida diaria de esta ciudad.
Entre charla y charla, hablamos mucho los 3, vimos la Plaza Villa de Madrid donde hay una réplica de la Cibeles madrileña ( mi prima Eva me contó después que cuando a la de Madrid le rompieron una mano tuvieron que enviar el molde desde aquí a España pues lo tenian los mexicanos), así como una zona donde todas las calles tienen nombre de ciudades españolas: Salamanca, Valladolid,....
Tras una parada para tomar una cerveza y reponer fuerzas con tacos de cochinilla y alambres con tortillas seguimos nuestro paseo, y nuestra charla claro.
Pasamos por el Paseo de la Reforma, una de las arterias principales de la capital, algo así como la Diagonal de Barcelona o la Castellana de Madrid, donde se reunen desde los edificos financieros más importantes hasta monumentos como Fuente Diana Cazadora, Cristóbal Colón, Cuauhtemoc y sobretodo el Angel de la Independencia, símbolo de la ciudad.
En la Plaza de Insurgentes nos despedimos ya de Alejandro, pasamos una bonita jornada con él recordando los encuentros en Barcelona y aprendimos cosas y costumbres mexicanas sobre temas que le fuimos preguntando.
Como aún era pronto y nos quedaban ganas de andar nos fuimos chino chano hasta la Plaza de la República dpnde se encuentra el Monumento a la Revolución, un enorme mausoleo de 67 metros de alto dedicado a conmemorar la Revolución mexicana. Nos hizo gracia en el lugar la cantidad de gente tirada en medio de la plaza descansando como si estuvieran sobre el césped, pero no, es puro suelo de granito, así como muchas parejas muy acurrucaditas y enamoraditas, jajaja.
Antes de llegar a la parada del metro y tras un trozo más de caminata paramos a descansar en un banco comiendo unos esquites riquísimos ( granos de maiz hervidos servidos en vaso con mayonesa, limón y chile) mientras veiamos la actividad de los boleros (limpiabotas) y músicos callejeros.
Ya en el metro tocaba el habitual tramo de metro más el pesero ( autobús urbano conocido así porque hace años valia un peso) que nos llevó hasta casita a cenar con la family.
Para este nuevo día teniamos una visita a un lugar a las afueras de DF, concretamente a Teotihuacán donde se situa una de las mayores ciudades prehispánicas de todo Mesoamérica.
Tras el pesero y el metro llegamos a la Estación Central del Norte desde donde salen cada día cientos de camiones ( lo que nosotros llamamos autocares) a todo el país. Nosotros cogimos los Teotihuacanos dirección a la Zona Arqueológica.
Es curioso como el sistema de funcionamiento en algunos aspectos se parece a paises lejanos de Asia, la forma de controlar los autobuses, los pasos por estaciones y hasta como cogen los billetes los cobradores. Eso sí aquí impactan más los controles de seguridad, desde los cacheos antes de subir al bus, el escaneo de las bolsas, que un guarda de seguridad suba al autocar y grave connuna cámara de video uno a uno a los viajeros, o que la policia suba en medio de una parada y haga un repaso general del personal que viaja. Todo sea por la seguridad y el bien de todos.
Tras un viaje de una horita llegamos a una de las puertas de acceso al recinto, y tras pagar la entrada empezamos la visita. Teotihuacán, la ciudad donde los hombres se convierten en dioses, es uno de los restos arqueológicos más visitados de todo México principalmente por la presencia de dos grandes pirámides: la del Sol y la de la Luna.
Pero antes de llegar a ellas la primera parte de la visita fué para ver la Ciudadela, una gran superficie que reunia el centro polític y cultursl de la ciudad con la Pirámide de la Serpiente Emplumada al fondo donde están excavando unos túneles subterráneos descubiertos hace unos pocos años. Desde lo alto vimos la primera visión de las dos pirámides, bellísimas!!.
Desde allí enpieza la arteria principal del conjunto que se dirige de norte a sur, la Calzada de los Muertos. Con una longitud actual de 2 kilómetros, aunque se supone que podia tener más de 3, dispone a derecha e izquierda restos de palacios, templos y casas de gente de relevancia empezando en la Pirámide de la Luna y acabando en la Ciudadela.
A medio camino aproximadamente nos econtramos la Pirámide del Sol, imponente con sus 63 metros de altura y sus 225 de longitud por cada uno de sus lados, covirtiendola en la tercera mayor pirámide del mundo.
Y como no podia ser menos nos dispusimos a subir a lo más alto. Los estrechos, empinados y altos escalones no lo ponen fácil, pero lo conseguimos. La vista desde arriba de toda la zona arqueológica así como alrrededores es increible, nos dejó maravillados. Habiamos leido que mucha gente sube hasta este punto, sobretodo en el equinoccio de primavera para cargar de energia su cuerpo en contacto con el sol, nosotros hicimos nuestro particular ritual estirando los brazos en alto en dirección al astro rey.
Dimos una vuelta completa a la última de las plataformas de la pirámide y empezamos la bajada, que tiene más guasa que la subida. Ya nos habian explicado la técnica de subir y bajar en zigzag, pero lo hicimos como pudimos.
Ya abajo nos sentamos un rato a comer algo con la pirámide de frente, un nuevo lujo de esos que os hemos explicado otras veces. Nos faltaba la parte final de la visita: la Pirámide de la Luna.
Se situa justo al inico de la Calzada de los Muertos y a diferencia de la del Sol y la Ciudadela ésta se encuentra en una enorme explanada, no encajonada entre construcciones.
Es uno de los edificios más antiguos de Teotihuacán y au que de menor altura que la del Sol, 45 metros, queda situada casi a la misma altura por estar situada sobre un pequeño montículo. Su restauración no está completa por lo que solamente se puede subir hasta la primera plataforma, sin embargo la vista desde allí con toda la ciudad al frente así como la Calzada de los Muertos es impresionante. Nos quedamos un buen rato disfrutando de la vista así como la calma que se respiraba en el lugar.
En dirección a la salida del conjunto pasamos a dar una vuelta por los restos del Palacio de Quetzalpapalotl con sus Patios de los Pilares y sus Patios de los Jaguares y los Caracoles Emplumados, sí, sí, se llaman así, jajaja.
De ahí ya pasamos a la salida, tomamos algo fresquito esperando el camión aue nos llevara de nuevo a DF. Esta vez el control de seguridad se limitó a unos policias que echaron un vistazo al personal, nada más.
Llegamos como no cansados a casa pero contentísimos con la visita del día, nos ha encantado el lugar, su historia, así como poderla vivir tan cerca. Y lo que nos queda por ver de Mexico!!!.
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