lunes, 21 de septiembre de 2015

Finde mexicano en familia.


Aprovechando que llegaba el fín de semana y nuestros primos lo tenian libre nos llevaron a visitar un par de lugares: el mercado de los sábados en la Plaza de San Jacinto y el domingo el pueblo de Tepoztlan.

Pero para coger fuerzas y descubrir la verdadera gastronomia tradicional mexicana nada como un buen desayuno: salsa de chicharrones, pan de muertos y frijoladas...todo riquísimo, pero bastante potente y con su puntito de picante, eso sí poco para que nos vayamos acostumbrando.






En el mercado de los sábados de la Plaza de San Jacinto se reunen un gran grupo de pintores y artesanos, así como,diferentes tiendas de antiguedades ubicadas en casas preciosas. Un buen paseo descubriendo curiosas figuras, muchas de ellas de calaveras demostrando que diferente concepto sobre la muerte se tiene aquí, cuadros con mucho color, telas típicas...









Fué un lugar muy agradable de visitar y comimos un coctail de camarones y pulpo que estaba bárbaro, acompañado de una michelada, una rica cerveza mexicana mezclada con zumo de tomate, limón, sal y algunas salsas, algo nuevo para nosotros pero muy rica y fresca.





Estando allí se encontraron con unos amigos suyos y se vinieron a casa donde tuvimos una muy agradable velada entre  copas hablando de cine, música y nuestro viaje entre otros temas.


Tras una visita mañanera de nuevo a un parque cercano para pasear a Mateo, el perrito de casa, nos pusimos en marcha a un pueblo a una hora y algo de camino de DF, Tepoztlan.

Esta localidad presume de tener siempre una eterna primavera gracias a su buen tiempo y está catalogado como Pueblo Mágico por la Secretaria de Turismo de Mexico debido a la conservación que hace de su riqueza cultural.

Sobre sus calles adoquinadas se monta cada fin de semana un animado y completo mercado de frutas, verduras, gastronomia local, así como artesania.









Paseamos, probamos diferentes productos y comimos una excelente parrilada de carne con tortitas, un guacamole con totopos y como no una michelada bien fria.

Seguimos de paseo por el pueblo, vimos gente bailando y vendiendo de todo hasta llegar al ex convento dominico de La Natividad. Entramos a visitar su iglesia, bastante deteriorado en su exterior pero bonita en su interior así como las dependencias del antiguo convento, sobretodo su claustro, muy bonito y bien cuidado.







Tocaba entonces volver a casa, mañana vuelven todos a sus labores y nosotros seguiremos visitando DF.

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