Tras devolver el coche en el aeropuerto de Honolulu nos fuimos a la terminal de vuelos domésticos a coger el vuelo a la Isla de Maui. Tras pasar los controles de seguridad y estado en la cola para embarcar conocimos a dos chicas valencianas que iban a pasar 3 días por la isla. Charlamos un buen rato intercambiando información sobre que hacer en Maui y nos dijeron que ellas tenian ya reservado coche en la isla que podiamos hacer la Hana Road juntos al día siguiente, con lo que al llegar a Kahului nos intercambiamos los teléfonos y quedamos en decirnos algo a la noche.
Desde el aeropuerto en un par de buses llegamos a Kihei donde teniamos nuestro alojamiento. De nuevo hemos alquilado una habitación en un apartamento en la web de Airbnb, pues si Oahu era caro Maui aún más, y este es de lo más económico que hemos encontrado calidad-precio.
Con Nicholas, el dueño, quedamos que podiamos llegar cuando quisieramos, que él no estaria pero la puerta estaria abierta,...vemos que aquí es costumbre. El apartamento se encuentra en un grupo de casas de dos pisos rodeados de jardines en una zona muy tranquila a 5 minutos de la playa y desde donde se oye el mar cuando el viento viene de cara. El lugar está muy bien, perfecto para nosotros con nuestra habitación y cocina y baño a compartir así como terracita.
Tras instalarnos y comer algo nos fuimos al super a comprar en bus aprovechando que teniamos un pase para todo el día que compramos en el aeropuerto. Cargados con las típicas bolsas de papel llegamos a casa con la compra, justo a tiempo de ir a la playa a ver la puesta de sol; allí conocimos a un matrimonio canadiense que era la cuarta vez que venian de vacaciones a Hawaii y estuvimos un rato de charla.
El sol y la humedad pegan duro durante el dia pero poder cenar en la terracita con un poco de brisa es un lujo que hemos repetido cada jornada.
Finalmente acordamos con Sara y Claudia ir juntos a la Hana Road y para eso debimos madrugar. A las 6.30h. nos pasaron a buscar para empezar el recorrido. La carretera está considerada una de las mejores y más espectaculares del mundo, empieza en el Norte de la isla y hace un circulo en sentido de las agujas del reloj por toda la costa, pero...¿que la hace tan especial?: además de sus más de 600 curvas y casi 60 puentes de un solo sentido rodea una costa bellísima, playas increibles, cascadas, bosques, volcanes, piscinas naturales,....y todo ello en Hawaii, ¿ os parece poco?.
Antes de explicaros nada deciros que el día que llegamos habia una alerta en todas las islas por la presencia simultanea de tres huracanes de fuerza 4 en el Pacífico, los 3 debian pasar por el Norte de las islas sin tocar tierra, pero parte de sus efectos podian notarse como fuertes lluvias y oleaje. Este fenómeno es la primera vez que se produce en la historia de la metereologia, osea que formamos ya parte de algún record, jajaja.
La primera parada fué en las Twin Falls, pero de éstas solo vimos las primeras cascadas ya que el acceso a las de arriba estaba cerrado, de todas formas como aperitivo de la jornada no estuvo mal.
La iglesia de Huelo fué la segunda, una bonita estructura en un jardín precioso que sirvió de antesala a la primera parada para reponer fuerzas y aliviar el calor que a las 8 de la mañana apretaba de lo lindo. En un chiringuito de la carretera paramos a tomar unos zumos y un Save Ice, el auténtico helado hawaiano: una bola de hielo picado como si fueras escamas y bañado de tres gustos de sirope a elegir, refrescante y muy rico. Allí estábamos cuando una de las chicas que atendian el puesto nos dijo: españoles!!!.... resulta que era de Barcelona y estaba en su primer dia de trabajo allí, bueno un trabajo a cambio de alojamiento y comida, tal y como nosotros hicimos en el hostel de Bikaner (India).
La ruta tiene montones de lugares donde parar, la mayoria sin información alguna de donde están pero nosotros teniamos notas sacadas de algunos blogs con las millas, que no kilómetros, donde estaban. De esta manera paramos en un par de bosques y varios miradores, donde la naturaleza nos ofrecia algo llamativo e único ahí ibamos. A destacar en uno de los bosques unos ejemplares de Bagras, un árbol de la familia de los eucaliptus originario de Indonesia y que nos maravilló por el color de su corteza, bueno sus colores, porque parece tal cual que está pintado, increible!!.
Habian ganas de bañarse y en una de las cascadas Sara y Claudia se animaron a ello, bueno sobretodo Sara. Carol se quedó a la sombra de unos merenderos y yo me mojé la cabeza, suficiente de momento.
Tras otro montón de curvas y puentes llegamos al parque de Waianapanapa donde se encuentra una playa de arena negra que además es sagrada para los hawaianos. Al llegar nos encontramos que el acceso está cerrado por el fuerte oleaje, osea que decidimos primero comer y luego ir a verla desde lo más cerca posible.
La playa es muy bonita además de por el intenso negro de su arena, por el entorno que la rodea, el color del agua así como las formaciones rocosas formadas por rios de lava. Cerca de allí vimos un soplador de agua natural que con el fuerte oleaje nos mostró su máximo esplendor, la fuerza de la naturaleza es bestial.
Y de la arena negra pasamos a la Red Sand Beach, sí sí, una playa de arena roja, ESPECTACULAR!!!. Algo escondida para llegar a ella preguntamos a una familia con la que habiamos coincidido también ennla de arena negra; nos dijeron el camino y que tuvieramos cuidado pues estaba algo resbaladizo el camino. Cuando tomamos el sendero nos cruzamos con un pae de chicos que nos advirtieron que fueramos extremadamente cuidadosos al andar, que habia unos acantilados peligrosos junto al sendero. Yo habia leido de gente que habia ido que con cuidado se llegaba sin problemas....desde luego!!!. Aparte de reirnos un montón por el camino pues sólo haciamos que decir,"very dangerous, very dangerous" nos dimos cuenta que habian exagerado bastante; algún punto del sendero es estrecho pero mucho peligro no habia.
Cuando llegamos al primer lugar desde donde se ve la playa nos quedamos los 4 de piedra, que lugar tan increible. Toda la playa tiene un tono rojo granatoso, desde la arena hasta las paredes que rodean la playa, que con el tono azulado del mar hacia un contraste bellísimo.
Aquí sí que fuimos todos al agua de cabeza a bañarnos, eso sí, bien agitados por la fuerte corriente. Nos hubiera gustado a todos quedarnos más pero aún faltaba bastante camino, parte del cual por una carretera sin asfaltar y Sara, la conductora, preferia hacerlo antes que se hicera de noche, lo cual nos pareció perfecto.
Nos quedaban otras dos paradas de las imperdibles en Hana Road, la primera la cascada de Wailua, con sus 120 metros de caida. Situada junto a la misma carretera y fácil de acceder era lógico que cuando llegamos aquello estuviera lleno de gente, pero tuvimos suerte que muchos de ellos se fueran en ese preciso momento.
En el punto donde la cascada cae se ha formado una piscina enorme, era nuestra última oportunidad de bañarnos y Sara y un servidor allá que fuimos mientras Claudia y Carol nos observaban desde la carretera.
Aunque el agua nos pareció algo fria al entrar el poder estar debajo de esa enorme cascada nos hizo olvidarlo todo; increible la sensación que se nota del agua desde tanta altura y la fuerza que tiene. Nos hicimos varias fotos con su camara Gopro que espero poderos enseñar en cuanto las reciba, a ver si han quedado chulas.
Llegamos después a las Oheo Gulch, o siete piscinas santas, en el punto donde la ladera del Parque del volcán Heleakala se une al mar. Aquí nueva decepción, estaba cerrado el acceso por peligro de riadas debido a las fuertes lluvias; nos conformamos con ver una parte de ellas desde el camino, y viendo lo calmada del agua nos dió un poco de rabia, pero la seguridad es lo primero.
Empezamos entonces el camino de regreso hacia Kihei dando así la vuelta entera a esa parte de la isla. Aquí nos pasó algo muy gracioso: nos encontramos con un coche atravesado en medio del camino y un chico fuera con unas pinzas de las que se usan para arrancar el vehículo cuando no tienes bateria. Con carilla de pena nos hizo el gesto de si podiamos ayudarle, por lo que me bajé y nos pusimos a ello mientras las 3 chicas, todas muy prudentes, se quedaron dentro. Una vez mirado con detalle el coche del chaval era un cuadro: la puerta del conductor estaba atada con un cuerda y él entraba por la ventana, tenia golpes y abolladuras por todas partes, le faltaba un faro....y eso,sin verlo por dentro!!!. Cuando ya lo arrancamos nos dió las gracias y nos dijo si eramos rusos, jajajaja.....pues si que es particular mi acento inglés. Cuando ya nos ibamos a ir vemos que vuelve a salir del coche, por la ventanilla claro, y de nuevo pinzas en mano pide que lo volvamos a arrancar, se le habia calado. Por segunda vez repetimos maniobra y connla faena hecha seguimos camino.
El recorrido nos tenia guardada una última sorpresa, la parte costera de regreso fué de película. Nos paramos un montón de veces a hacer fotos a los acantilados, los campos verdes que llegaban al mar, la Isla de Molokini, las montañas y la niebla por un lado y la puesta de sol por el otro, aquello era una mezcla de varios paisajes que hemos visto en nuesteo viaje en diferentes paises; fué el punto y final perfecto a la jornada, no podiamos pedir más.
Nuestras amigas valencianas nos dejaron al lado del apartamento y llegó el momento de despedirnos, pasamos un día genial juntos, fueron un encanto, dá gusto encontrarte con gente que ayer eran unos desconocidos y hoy poder compartir una preciosa jornada.
Para los días que nos quedaban en Maui hemos alquilado un coche, que nos ha salido más barato que en Oahu aunque es más pequeño. Tras 3 días en la casa por fín hemos conocido, no a Nicholas el dueño, sino a David, su padre, que creemos que es a quien oimos llegar tarde todos los dias e irse bien temprano. El hombre se puso a cenar y cuando iba a ver las noticias en la tele nos preguntó de donde eramos, etc. ; ellos tienen sangre española por parte de sus abuelos, de hecho se apellidan Garcia. Así hablando empezó a explicarnos cosas de la familia y nos explicó que su hijo es Guardacostas, de ahí que esté todo el día trabajando y disponible 24 horas eso sí, cuando lleve 20 años de servicio le jubilarán con una pensión vitalicia de 90.000 $ por año, y eso será cuando tenga 37 años!!!.
Ya en conversación el hombre nos explicó varios sitios donde podiamos ir estos días que nos quedan en Maui, información que nos vino muy bien y le agradecimos el gesto.
Con esa lista de lugares nos pusimos en marcha el siguiente día con la visita al Iao Neddle, unas bonitas formaciones en las montañas en forma de pináculos de un verde intensíimo debido a que en esa zona suele llover todos los días. Tras subir hasta su mirador y 4 fotos volvimos al coche.
Ibamos a pasar el resto del día por la costa Oeste de Maui más concretamente en la costa al Norte de Lahaina. Así como la primera parte está poblada por playas y resorts con campos de golf llegá un punto pasado el pueblo de Kapalua que desaparece toda zona habitada para dejar paso a una costa mucho más salvaje que nos gustó muchísimo. Pese a estar el día feo y llover de manera intermitente pasamos una jornada llena de lugares increibles.
Al empezar la carretera paramos en un mirador hacia la islita de Molokini zona muy conocida por el buen snorkel que se puede hacer allí como por ser una zona donde de Noviembre a Marzo se ven muchas ballenas; pena que no fuera esa época para verlas.
El Nakelele blowhole, en el extremo más al Norte de esta parte de la isla, nos maravilló por la fuerza con la que expulsaba el agua através del agujero en la roca. Durante el camino la lluvia se hizo presente casi de continuo pero de forma leve, sin embargo por las montañas debia haber llovido un montón pues bajaban los torrentes llenos hacia el mar con un agua rojiza debido al color de la tierra volcánica de toda la isla. Pudimos así ver playas enteras donde el agua cambió de color en grandes extensiones y aunque eso nos impidió bañarnos en calitas chulísimas almenos nos ofreció un paisaje diferente en Honolua Bay, Honokohau Bay y Honokahua Bay.
Fué en esta última donde fuimos a ver el Dragon s Teeth ( los dientes del dragón) donde la naturaleza ha creado unas formaciones increibles. Una de las últimas erupciones del volcán situado en el oeste de Maui hizo llegar la lava hasta esta zona, con los años la fuerza del viento, el mar y la sal de éste ha creado unas formas alucinantes entre las que destacan unas en forma de colmillos a semejanza de una dentadura animal gigante.
Allí pasamos recorriendolo un buen rato y aprovechamos a comer. En la punta de estas formaciones vimos algo peculiar: habia una mujer dando vueltas descalza dentro de una figura geométrica que estaba cavada en la tierra, a modo de laberinto; suponemos que debe ser algo religioso o espiritual pues buscando información vimos que en esa zona hubo un antiguo cementerio hawaiano.
Desde ahí entramos ya en una zona de grandes resorts de lujo por los que puedes acceder a varias playas, todas públicas. Aunque el día seguia feo sí hacia calor osea que paramos en la playa de Kapalua a darnos un bañito. Esa zona es muy buena para el snorkel pero el día no acompañaba mucho, aún y así vimos gente que estaba en ello buscando las tortugas que suelen habitar por allí. Nosotros desde la orilla vimos varias sacar la cabecita para respirar.
De camino de regreso paramos a dar una vuelta por Lahaina, la que en su día fuera capital del reino de Hawaii entre 1.820 y 1.845 y que hoy es un gran destino turístico dentro de las islas. La Front Street, calle principal del pequeño pueblo reune tiendas, galerias de arte y restaurantes siendo así la más paseada por los turistas. En su plaza central se encuentra un grandioso árbol Bayan de montones de años, espectacular.
Cayó la tarde y era momento de regresar a casa. Nos quedan un par de dias por Maui en los que queremos seguir descubriendo playas y subir un dia a ver amanecer al volcán Haleakala, os lo contaremos todo.
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