Dicen que las grandes ciudades nunca duermen, y aunque nosotros vivimos en una gran ciudad como es Barcelona, no la podemos comparar para nada con las grandes urbes asiáticas que hemos conocido, y Bangkok con sus casi 10 millones de habitantes es una de ellas.
La calle está viva todo el día, siempre hay puestos callejeros montados en cualquier acera, por la mañana unos y por la noche otros en el mismo sitio, con lo que puedes comer o comprarte ropa a cualquier hora.
Hemos usado varios de sus transportes públicos: el BTS, un skytren rápido y lleno de gente donde en sus vagones hace siempre un frio terrible, el MTR , el metro, con unos vestíbulos enormes y donde puedes ver asientos reservados para monjes budistas, donde al lado de ellos no se puede sentar una mujer. Los taxis son para distancias más largas y son muy rápidos si el tráfico lo permite. Y por último el autobús; lo cogimos dos veces, en un trayecto no pagamos, pues no vimos al cobrador, o no había, y en el otro sí. Los que cogimos eran muy viejos, algo que nos sorprendió, con suelo de madera y sin aire acondicionado, y aquí también con asientos reservados para monjes. Y pagamos la novatada!!!... Carol se sentó al lado de un monje en sus asientos reservados y una chica le dijo que se tenia que levantar, que no se podia sentar junto a él...ufff, que apuro, pero no pasó nada, el monje nos miró como diciendo que a él le daba lo mismo.
Visitamos el Parque de Lumphini, el pulmón verde de la ciudad, un respiro de paz y naturaleza en pleno Bangkok. Es un parque enorme con unos lagos y muchas especies de árboles y fauna!!!. Destacan unos lagartos bastante grandes que campan por las lagunas y el parque a sus anchas, pero vimos también aves de varios tipos y ardillas.
Allí nos cayó un buen chaparrón que provocó que subiera del suelo un calor terrible, pues siendo las 4 de la tarde teniamos más de 30 grados. Por cierto, en este panel vimos también que estábamos en el futuro!!!, jajaja..mirar en que año viven aquí.
Por la noche teniamos una cena con unos amigos de Mónica y Artur, todos catalanes, para despedir a una pareja que en unos días se vuelven a Barcelona a trabajar. Fué muy curioso estar allí con todos cenando y hablando catalán, era como estar protagonizando un programa de "Españoles por el Mundo". La cena fué espectacular: pan con tomate, embutidos, quesos, berberechos, tortillas de patatas, pastel de queso y de chocolate, vinito,...lo pasamos genial y nos reimos mucho.
Salimos luego por la zona del mercado nocturno de Patpong a tomar unas cervezas y ver el ambiente de la zona. Bares de copas donde se mezclan thailandeses, occidentales que viven aquí y turistas, y donde pudimos ver algunos bares que dan fama a la noche de Bangkok con chicas bailando en las barras semidesnudas así como muchos " ladyboys", osea, chicas que no son chicas y que buscan ligoteo.
Volviendo en taxi a casa pudimos ver que por otros barrios de la ciudad, a las 3 de la mañana, habian mercados montados de fruta y verdura, decenas de supermercados de 24 horas, y coches y tuc tucs circulando.
Así es el Bangkok que estamos viviendo.