Fin de Año en Ho Chi Min

El último día del año salimos pronto de Mui Ne con destino Ho Chi Min,  antigua Saigon. Osea que de la calma y la playa nos ibamos a una ciudad enorme, bulliciosa y con un tráfico infernal por la cantidad de motos que hay.

Nos recogia el bus a las 8 para, tras poco más de 200 km, dejarnos en Saigon 6 horas después. Las carreteras de Vietnam están en general en mal estado y muchas en obras, se cruzan muchas poblaciones y no hay autopistas por lo que cualquier trayecto se hace con medias de 40 ó 50 km a la hora, y si a eso le sumas los atascos ya en la ciudad, pues fatal.

Nada más llegar nos vamos al hostel a comer algo y hacer una siestecilla para así aguantar bien por la noche.

Al llegar nos recibe una señora, muy simpática pero que de inglés ni idea. Nos entendemos por gestos y nos da habitación en la 4 planta, sin ascensor, pero nos coje las bolsas para subirlas de la manera más curiosa: por el hueco de la escalera tienen un sistema eléctrico de polea!!!....que apañados.

Después de descansar un poco nos encontramos con Carmen, pero por sorpresa aparece con la mochila. Se ha ido de su hostel porque además de estar muy lejos del centro, está fatal y decide irse. El nuestro está lleno, aunque como nos han dado habitación triple le ofrecemos que se quede esta noche y mañana ya buscar con calma. Salimos a ver si encontramos algo libre por casualidad pues la zona está llena de hostels....pero también llena de gente. Costó mucho pero encontró sitio.

Quedamos al rato con ella para cenar y de camino comprar uvas. Menudo show con las uvas. No fue fácil encontrar y nos pedian una barbaridad por ellas, y encima nos teniamos que quedar un kilo. Al final y tras mucho pelear con la señora nos quedamos medio kilo.

Aquí no hay tradición de campanadas, pero si nos habian dicho que habian fuegos artificiales. Fuimos a una plaza donde montones de gente estaban comiendo y bebiendo en plena calle, y a falta de un minuto para las 12 en un rascacielos empezaron a aparecer iluminados números haciendo una cuenta atrás, hasta llegar al 0 donde la gente empezó a aplaudir y chillar mientras empezaban unos fuegos artificiales muy chulos que salian desde el mismo edificio.

Apartir de ahí nos dirigimos a unas calles cercanas llenas de bares donde el ambiente era de fiesta sobretodo por todos los turistas concentrados allí, y por la infinidad de motos que se movian de un lado a otro tomando las calles...una verdadera locura cruzar las calles, y otra locura el gran atasco que se produjo en la calle de los bares, fue increible!!.

Todavia con las uvas en la mano, nos acercamos a las escaleras del hotel de Carmen a conectar el wifi y descargar un video de las campanadas del año pasado, jajaja...menudo espectáculo, pues en la campanada 6 el video se paró
pues no se cargaba más, tuvimos que parar y buscar otro,... las uvas a medias...que risas nos pegamos.

Estubimos un rato viendo la gente como se desmadraba por la calle, sobretodo gracias a la cerveza, y habia verdaderas batallas de espuma blanca de esa que sale de los botes de spray...acabamos rociados varias veces. Nos tomamos una gin tonic a lo vietnamita, pequeñito pero a 1,30 euros no se puede pedir más, y nos fuimos ya para el hostel.

Nos conectamos un momento con los papis de David para explicarles nuestro Fin de Año, y quedamos que a las 6 de la mañana volviamos a conectar para tomar las uvas con ellos en horario de casa. Osea que a las 4 largas nos fuimos a dormir, y a las 5.45 de nuevo arriba.

Nos comimos las uvas con ellos al ritmo de las campanadas de la tele en Barcelona, charlamos un ratillo e intentamos luego hablar con Carlos, Sandra y los niños, pero fue imposible, las lineas debian estar saturadísimas, pero nos enviaron al blog una felicitación que nos emocionó.

Contestamos toooooodos los mogollones de whatsups de familia y amigos que tanto se han acordado de nosotros, y que nos han enviado felicitaciones preciosas  y  grandes deseos...mil gracias a todos. Ha sido especial estar tan lejos este Fin de Año, pero nos hemos sentido muy cercanos y queridos por todos.

Pasadas las 7, hora de aquí, y con plena luz del día,  nos volviamos a acostar.