domingo, 18 de enero de 2015

Seguimos relajados en Kampot


El último amanecer en la Isla de Tonsay fué más temprano pues a las 9.30h nos venia a buscar la barca para volver a tierra firme. Nos despedimos de Mar y Matias, que se quedaban un día más, y de Simone, nuestra anfitriona en la isla durante nuestra Honey Moon( luna de miel) como a ella le gustaba decirnos riendo.




La barca nos dejó de nuevo en Kep, donde un tuc tuc nos llevó a la estación de autobuses. En una compañía compramos los billetes  en minivan a Kampot por 3$ para las 10.30h y así no tener que esperar hasta las 12h al bus grande.

Subidos a la minivan empieza el periplo de recoger más pasajeros, todos turistas claro, por diferentes hostels, y aquello cada vez estaba más lleno y las mochilas ya se salian de la furgoneta. La guinda del pastel fué cuando estando ya la minivan llena fuimos a buscar a 3 personas que aún faltaban!!!...¿ y donde las piensa meter?...

El conductor pretendia que nos metieramos 16 en las 13 plazas, con la mitad de las bolsas por encima nuestro, pues total a Kampot son sólo 20 minutos, ahí nos bajábamos 3, pues el resto seguian camino...pero evidentemente después de pagar por un asiento nos negamos todos en rotundo, y ahí se lió la cosa.

Algunos compañeros de minivan llamaron a las compañias donde compraron los billetes, los dueños del hostel donde estábamos parados llamaron también, pero allí nadie ofrecia solución. A todo esto el conductor empeñado a meternos por las malas a todos y largarse empezó a cabrearse pues veia que aquello no se solucionaba como el queria. Le planteamos que a los  3 que ibamos a Kampot nos llevara a la estación de nuevo, nos devolvieran el dinero y así cogeriamos el bus de las 12, pero eso de devolver la pasta no lo entienden en este país.

Después de varias llamadas de teléfono y más de una hora de espera al final accede a que un tuc tuc nos lleve a nosotros dos y a una chica inglesa a Kampot, pagándolo ellos, y así el resto poder seguir camino...por fín!!!!.





Total que tuvimos un transporte alternativo que nos dejó ir disfrutando del paisaje y la charla con nuestra compañera inglesa, e incluso el tuc tuc nos dejó en la puerta del guesthouse, genial!!.

Salimos, una vez instalados, a dar una primera vuelta de toma de contacto en Kampot y comer algo...
Es una ciudad muuuy tranquila, con calles anchas y edificios de la época colonial francesa, muy dedicada al turismo, y cruzada por un gran rio, ahhh, y con un calor terrible, por lo que nos volvimos al guesthouse a esperar que anocheciera e ir al rio a ver la puesta de sol.






El paseo del rio es enorme y tranquilo, y desde allí pudimos ver el puente antiguo, el puente nuevo y una bonita puesta de sol. Y a cenar, hoy nos damos un capricho occidental después de 3 meses: una pizza de 4 quesos buenísima....


Un paseito para bajar la cena por calles medio a oscuras y solitarias, un batido de fruta y a descansar.

Al día siguiente alquilamos una moto para ver los alrrededores, pues Kampot en sí no ofrece nada como ciudad. Lo principal a visitar es el Parque Natural de Bokor, pero no teniamos muy buenas referencias por parte de gente que lo habia visitado, por lo que decidimos hacer caso lo que Carmen nos recomendó que era ir al Lago Secreto, a unos 12 kilómetros de Kampot. Y allí que fuimos...dejamos pronto la carretera principal para coger un camino de tierra que atravesaba montones de campos preciosos, aldeas, casas de campesinos..todo en un ambiente muy rural, hasta que llegamos al lago. La idea era incluso bañarnos allí, pero el agua estaba regular de aspecto y tampoco habia una zona muy práctica para ello. Junto al lago a un par de kilómetros hay unas cabañitas donde poder comer, pero nosotros llevábamos nuestro picnic bien rico.






Desde allí nos acercamos a ver unas plantaciones de pimienta, que resulta ser que es archifamosa y supervalorada, algo que desconociamos. Vimos unas cuantas plantas de diferentes tamaños que las hacen crecer como enrredaderas, e incluso unos granitos de pimienta aún verde.



Por el camino de vuelta bajo un buen sol y por el camino de tierra, pasamos por unas balsas de agua con unos colores muy curiosos, y por unos campos de arroz, ya secos, donde pastaban unas vacas camboyanas muy diferentes a las nuestras.







Paradita a la sombra a comer el picnic, y luego en un puestecillo del camino a tomar un café con leche condensada y hielo buenísimo, desde donde un entorno de gallinas, patos, niños y lugareños nos acompañó un buen rato...que bien se estaba allí y que tranquilidad!!! En un momento de reflexión interior le dije a Carol que gusto vivir allí, tranquilo, pausado, sin estrés,...me contestó que no duraria ni dos días, jajajaja...ummmm, no sé, yo creo que alguno más sí...






Pusimos una botellita de gasolina a la moto en la Repsol camboyana, muy habitual aquí, y a seguir camino.


Queriamos ir a ver unas salinas que hay a las afueras de Kampot pero no hubo manera de dar con ellas, y los caminos llenos de baches no ayudaban mucho, por lo que aparcamos junto al rio y vimos de nuevo la puesta de sol mientras un ejército de barcas se dirigian rio abajo a pescar.




Una buena ducha para quitarnos el calor de encima, y el polvo rojo del camino y a cenar...segundo capricho en Kampot: unas ribs ( costillar de cerdo) con salsa barbacoa y puré de patata...nos estamos desmadrando!!!...Batido de frutas callejero donde ayer, paseito nocturno y ya en el guesthouse Skype con la madre de Carol, ayer fué con los papis mios, que tras el aislamiento en Tonsay ya teniamos ganas de vernos la carita con ellos.


Mañana nos vamos hacia Siem Reap en bus. Bueno primero una minivan hasta Phmon Penh, la capital, y de allí un sleeping bus a la ciudad de los Templos de Ankor, el plato fuerte de Camboya!!!.

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