martes, 10 de noviembre de 2015

Cascadas Roberto Barrios en Palenque.


El último día en Palenque nos tomamos la mañana con calma para dejar listas las bolsas ya que esa misma noche tomábamos el bus a Bacalar y nos tocaba dejar la habitación. Compramos unos dulces y nos fuimos al supermercado Oxxo ( de cuantos apuros nos ha sacado por todo México) a buscarnos un café que tienen muy rico de máquina, capuccino para mí y moka para Carol; como hacia mucho calor y tienen aire, le pusimos un poco de jetilla y nos quedamos desayunando dentro. Dejamos el equipaje en la posada y nos fuimos camino del mercado a tomar los colectivos que van al poblado de Roberto Barrios para visitar las cascadas del mismo nombre.

Éste es un lugar muy poco conocido, sobretodo para guiris, donde aún no van los tours y eso la hace aún más interesante. Rodrigo y Berenice, los chicos de Tuxla, nos aconsejaron que fuéramos y menudo acierto!!!.

El colectivo era una furgoneta de las que llaman de doble cabina, osea dos filas como un coche normal y una zona de carga adaptada con asientos de madera. Nos sentamos en la fila de atrás y durante 40 minutos de trayecto fuimos disfrutando del paisaje hasta llegar al pequeño pueblecito de Roberto Barrios. Ubicado entre montañas nos encontramos un poblado muy auténtico y bajo una palapa un grupillo de hombres que son los que nos cobraron el acceso a las cascadas. A su vez uno de ellos nos acompañó para mostrarnos el camino, que aunque no tenia pérdida sí se divide en varios sectores que llevan a diferentes tramos de las cascadas.





Desde que vimos las primeras caidas de agua nos quedamos boquiabiertos con el lugar; un frondoso bosque entre el cual discurre el rio y una serie de 5ó 6 tramos de cascadas con sus balsas para bañarse a cual más espectacular. A medida que el chico nos iba enseñando un tramo nuevo éste nos gustaba más que el anterior, y cuando creiamos que era el último resulta que quedaba otro más. Y así llegamos hasta el último donde habian 3 chicas y un chico bañándose en unas piscinas naturales, que junto a una pareja que vimos más arriba esa fué toda la gente que encontramos en toda la jornada.








El lugar simplemente es de película entre cascadas, agua limpísima y naturaleza. Nos dimos unos buenos baños mientras el día iba cambiando repentinamente en lo metereológico: tan pronto sol radiante, de repente nubarrones negros, lluvia y sol a la vez....¿ se puede pedir más?.








Con mucho gusto nos hubieramos quedado más tiempo pero resulta que a las 3 de la tarde salia el último colectivo hacia Palenque según nos dijo el chófer de la mañana. Antes pudimos ver la vida rural del lugar: casas bajitas y humildes, gallinas por las calles de tierra, niños jugando a las canicas, los jóvenes al fútbol en un entorno maravilloso rodeado de montañas y bosques.





A las 3 en punto estaba ya nuestro mismo chófer de la mañana preparado para salir, de hecho nos estaba esperando junto a otra gente que volvia a Palenque y nos pusimos en marcha. Cuando llegamos a la pequeña ciudad teniamos varias horas antes de tomar el bus osea que nos fuimos con calma hasta el zócalo, comimos algo y nos compramos unas paletas de helado; sentados a la sombrita pasamos una tarde de relax mientras atardecia en Palenque.

Volvimos a la posada, Marcelino el recepcionista nos dejó un cuartito para cambiarnos y estuvimos de charla un buen rato con él antes de ir a cenar pues a las 20.50h. salia nuestro bus. Finalmente, ya nos habian avisado, vino con casi 2 horas de retraso y se nos hizo eterna la espera. Nueva noche en ruta, esta vez camino de Bacalar, en el estado de Quintana Roo.

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