Aunque habiamos puesto el despertador, a las 5.15h nos golpearon a la puerta y nos dimos un buen susto; supusimos que Marcelino, que sabia que nos ibamos pronto, se quiso asegurar que no nos durmieramos. Cuando salimos a la recepción allí nos lo encontramos y todo orgulloso nos dijo: les llamé a la puerta...jajajaja.
Mientras esperamos en la calle a que nos recogieran vimos ya la actividad de ir y venir de gente a esas horas en que empezaba a clarear el día. A los diez minutillos llegó con la furgoneta Héctor nuestro chófer y empezamos a recoger gente ( y esperar porque algunos creemos que se levantaron tarde) por diferentes hoteles hasta llegar a ser 11 en total.
Salimos entonces dirección a Frontera Corozal, pueblo fronterizo con la vecina Guatemala, donde debiamos tomar unas lanchas para llegar hasta Yaxchilan, primera zona arqueológica a visitar del día. Héctor, un tipo muy dicharachero y hablador, nos fué explicando muchas cosas por el camino intercalando graciosos chistes sobre acentos mexicanos de diferentes estados e incluso de españoles: vascos, andaluces,... aburrirse con él era difícil.
El grupo era muy variado y bastante ameno comparado con la última ocasión: dos simpáticas hermanas mexicanas que vivian en San Diego, un chico colombiano, otras dos particulares hermanas de Mexico DF que venian con la hija de una de ellas ( rara de narices la niñita) y la abuela que era la más cuerda de las 4. Por último una pareja mexicana de Monterrey que siempre iban separados del grupo completamente a su bola y con los que no llegamos a cruzar más de 2 palabras.
Pasadas las 7.30h paramos a desayunar en una palapa al lado de la carretera donde teniamos un pequeño buffet libre incluido en el tour. Durante el desayuno estuvimos placticando con el chico colombiano que habia vivido un tiempo en Salamanca acabando sus estudios y comimos de todo un poquito antes de seguir la marcha.
Cuando llegamos a Frontera Corozal fuimos directos al embarcadero a tomar las lanchas que nos llevarian a Yaxchilán por el rio Usumacinta durante unos 40 minutos de navegación. Durante el trayecto disfrutamos de la selva que habia en las dos orillas, la mexicana y la guatemalteca ya que el rio es la frontera física entre los dos paises durante bastantes kilómetros.
Cuando llegamos a la entrada del recinto Héctor fué a buscar los boletos ( teniamos todas las entradas incluidas) y nos indicó que si alguien estaba interesado él mismo podria hacernos de guia tanto aquí como en Bonampak, algunos aprovechamos la ocasión y el precio razonable que nos dió y otros fueron por su cuenta.
Primero pasamos por una pequeña zona de selva donde vimos algunos monos hasta llegar a un pequeño templo , El Laberinto, que hay que atravesar ayudado de linternas para pasar a la gran plaza. Yaxchilán fué uno de los asentamientos mayas más importantes a la vera del rio, aliada de Bonampak y Tikal ( Guatemala) tuvo una guerra con Palenque en el año 654 y su rey más importante fué Escudo Jaguar II que vivió hasta los 90 años.
Ya en la plaza central y con unas interesantes explicaciones de Hector fuimos viendo los restos de la zona arqueológica que está totalmente metida en la selva con edificios que a diferencia de Palenque están en estado original, la mano del hombre ha intervenido poco en su reconstrucción, solamente destaparon lo que la selva tapó con el paso de los años. Pero por si algo destaca Yaxchilán es ñor sus dinteles y estelas de gran valor y que muchas se han conservado hasta el día de hoy.
Aquí empezó a llover un poco y tocaba subir un montón de escaleras hasta la Gran Acrópolis por lo que de los que seguiamos a Héctor quedamos sólo 4: el colombiano, la tia de la niña y nosotros dos.
La Gran Acrópolis es el edificio más imponente de Yaxchilán, su cresteria mantiene aún mucha de sus cuadrículas de piedra y los restos de una escultura de Pájaro Jaguar IV. En su interior maravillosos dinteles que explican situaciones durante su reinado así como un busto separado de la cabeza. Las vistas desde lo alto de la selva eran impresionantes.
Bajamos por la parte trasera del edificio y Hector nos indicó el camino a seguir para llegar a la pequeña Acrópolis y como volver luego a la entrada del recinto mientras él iba a reunir al resto del grupo.
Subimos un camino donde parecia que no llevaba a ninguna parte, pero de repente nos encontramos el conjunto que formaba la pequeña Acrópolisy su plaza central, nos encantó!!!. El silencio del lugar, los restos, el entorno...fué una gran sopresa llegar hasta allí por consejo de nuestro guia.
Cuando ibamos bajando nos encontramos con unos monos araña saltando entre las ramas y eso hizo aue llegáramos los últimos a la barca para el regreso, pero nos fué bien ( bueno la verdad es que lo hicimos adrede) pues así nos sentamos en la parte de delante que es donde habia mejores vistas, jijiji. De nuevo paisaje precioso, algún cocodrilo y selva; todo ello nos hizo recordar nuestra excursión por el rio para llegar a el Taman Negara en Malasya hace ya unos 3 años.
Ya en la furgoneta fuimos directos al lugar donde teniamos que comer ( también incluido); una restaurante en una palapa muy grande donde dimos cuenta de un menú bastante rico.
Con la barriga llena nos fuimos ya hacia Bonampak que se encontraba a pocos kilómetros dentro de la Selva Lacandona donde vive un grupo índigena del tronco de los mayas, los lacandones. Precisamente al tener que adentrarnos en su territorio para llegar a la zona arqueológica tuvimos que dejar la furgoneta en un estacionamiento y cambiar a una de ellos para que nos transportaran.
Llegamos así a "Muros pintados" que es el significado de Bonampak en maya y es que precisamente lo que da importancia a esta pequeña zona son sus pinturas y el estado de conservación de ellas.
Nada más entrar pudimos ver la gran plaza que alberga una gran esplanada con pequeños templos, estelas y al final el Templo de los Murales. Fuimos directos a ver las 3 salas que contienen las pinturas pues a las 4.30h las cerraban.
Tras subir la escalinata tuvimos que dejar las bolsas, gorras y todo lo que llevabamos para acceder de 3 en 3 en las pequeñas salas y no dañar nada. Antes de entrar Héctor nos hizo una descripción de lo que ibamos a ver dentro y que narra escenas de la vida diaria de la época relacionadas con ofrendas, guerras, reyes y esclavos, músicos,...
Cuando entramos nos quedamos boquiabiertos a ver las pinturas con más de 1.200 años de vida, simplemente una maravilla, no hay ricón sin decorar y el estado de conservación es buenísimo. Visitamos las 3 mediante el mismo proceso donde nuestro guia nos demostró su gran conocimiento de la obra con explicaciones muy técnicas.
Mientras la mayoria bajó a ver unas estelas nosotros subimos a lo alto del templo para tener bonitas vistas del entorno selvático. Al bajar nos enseñó varias estelas bellísimas y la central que es de las mayores mayas que se conservan.
Salimos del complejo los últimos, volvimos a tomar la van de los lacandones y luego la nuestra, pero antes de empezar el camino de regreso fuimos a dejar en unas cabañas a las hermanas de San Diego y la pareja "separatista" pues ellos se quedaban una noche allí.
En el camino de regreso, siendo ya de noche y con el madrugón la gente fué cayendo en el sueño y yo estube de interesante conversación con Hector: hablamos de muchos temas relacionados con el país como la época zapatista y el turismo en la zona, y otras más privadas como la vida del día a día de una familia como la suya en Palenque,...fué muy enriquecedora la charla con un tipo tan interesante y muy bien informado.
Ya en Palenque empezamos a dejar a la gente en sus hoteles hasta que tocó nuestro turno, nos despedimos de Héctor y le agradecimos la gran jornada. Una ducha, algo de cena y rendidos a la cama.
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