viernes, 26 de diciembre de 2014

Hoi An: una Navidad diferente


8 de la mañana en Ninh Binh y nos viene a recoger un bus para ir a Hoi An. No más verlo nos damos cuenta que ese minibus no nos va a llevar más que a buscar gente de otros hostel para luego cambiar a otro bus mayor. Efectivamente, media hora dando vueltas por la ciudad para luego acabar esperando otra media hora más en el nuevo bus no sabemos a que o a quien.

Después de 5 horitas, con parada incluida, llegamos a Hoi An. El día está gris pero no llueve como parece que lo ha hecho dias atrás. Al llegar buscamos un taxi para ir al Homestay, es el alojamiento donde vive la misma familia, pues está un poco retirado. Tras muchos regateos conseguimos pagar los 30.000 dongs que en el homestay nos dijeron los dueños que valia la carrera.




Hoi An es un pequeño pueblo de pescadores, ahora muy reconvertido al turismo, con sus calles del casco antiguo sin circulación, casas coloniales, muchos restaurantes, así como venta de artículos de piel, artesanias y sobretodo farolillos de colores que están por toda la ciudad.






Nosotros estamos alojados en una pequeña isla a las afueras del casco antiguo, donde las casas son bajitas, con sus porches y su puertas abiertas de casa, todo gente local como nos gusta. Después de instalarnos comemos algo en el mismo homestay, el plato típico de aquí el Cao Lau, unos noodles con verduras y carne, muy rico.

Nos ponemos los chubasqueros, pues empieza a lloviznar y nos vamos a descubrir el casco antiguo. Tras 20 minutos de paseo tranquilo por nuestra islita y cruzar el puente que la une con el casco antiguo, descubrimos unas calles llenas de vida, pero una vida tranquila: no circulan coches, la gente te pide que les compres sus artículos, o que te subas a una barca a dar un paseo por el rio...pero sin agobios.

No visitamos ninguno de los edificos detacados del pueblo, ya sean templos, museos, etc. pues lo bonito está en la calle, pero no nos perdimos la visita al icono de este lugar: el puente japonés. Así es llamado porque antiguamente unia el barrio vietnamita con el japonés, y dice la leyenda que justo en ese lugar yacia el cuerpo de un gran dragón, cuya cabeza llegaba hasta India y su cola hasta Japón, y cuando en la zona habia alguna desgracia como terremoto etc. era porque el dragón se enfadaba y movia las tierras.



Los restaurantes y las tiendas están muy bien montadas y decoradas siguiendo una armonia con los edificios donde se encuentran, hay pequeños talleres de artesania y muchas tiendas de ropa a medida, de gran fama aquí por su calidad y buen precio.

Paseando por las calles vemos a muchos niños del pueblo que van disfrazados de Papa Noel y lo más gracioso fué cuando nos encontramos a los de verdad entregando regalos...que saltos de alegria daban los niños!!!.



Al caer la noche las luces de colores de los farolillos, la iluminación de las calles y locales le dan al lugar mucho encanto, y al lado del rio muchas mujeres mayores y niñas venden velitas flotantes para que las dejes en el rio.




Nos salimos un poco del centro para ir a buscar donde cenar, pues la zona turística tiene precios altos, y la Nochebuena se ha de celebrar como se debe, pero con control, jijiji...y encontramos un lugar prefecto: tranquilo, bien de precio y donde cenamos muy bien.





Desde ahí nos quedaba un buen paseo hasta el homestay, y cruzamos el casco antiguo practicamente solos...¿ donde estarán todos los guiris?.

Como no tenemos turrón nos compramos un donut que venden en muchos puestos callejeros, que junto a un té y un café nos sirvió de colofón al día, no sin antes estar un buen rato deseando Feliz Navidad a toda la familia y amigos por whatsup.

El dia de Navidad amanece prontito pues en la habitación entra luz por los dos ventanales, sin embargo el día está de nuevo gris y con llovizna continua. Bajamos a desayunar al porche, pues aquí tenemos desayuno incluido en la habitación, y hablamos sobre que hacer hoy. La primera idea era ir en bici hasta las playas que están a 4 kilometros a dar una vuelta y así ver los alrrededores, pero viendo el día que hace decidimos dejarlo para mañana si el tiempo mejora.



Nos cojemos los paraguas, los chubasqueros y andando nos vamos a ver parte del pueblo que ayer no vimos. Primero vamos a ver las dos iglesias que hay por si hubiera algún acto por ser Navidad; las encontramos cerradas, pero en una pone que a las 7 de la tarde hay una celebración y un concierto de gospel...igual luego vamos!!!.

Paseando por las calles, muy vacias por la lluvia, nos encontramos con un monumento en honor a los fallecidos por la guerra, un templo cerrado..., y cruzando a otra islita al lado del casco antiguo, el que seria nuestro lugar de celebración de la comida de Navidad. Un sitio pequeñito, al lado del agua, con barbacoa, gallinas merodeando por las mesas, vamos un lugar exótico a la par que rural, jajaja...pero comimos de lujo y muy agusto.










Un buen paseo  por las calles de Hoi An  nos lleva hasta el homestay a descansar un rato y ponernos al día con el blog.




Aunque la lluvia no para decidimos ir a la iglesia a ver que vemos. Chubasqueros, bicis y ganas, porque daban pocas de salir tal como llovia en ese momento. No es que estuviera muy lejos, pero sí lo suficiente como para llegar a la iglesia bien caladitos de agua.

 Nos aposentamos en unos bancos a esperar que empiece y la gente nos saluda al vernos sentados, no somos los únicos occidentales, pero sí los primeros en llegar.
La iglesia es bastante  moderna de construcción y creemos que es católica protestante, pues no hay sacerdote, sino un señor que celebra el inicio del acto, y a continuación empiezan a cantar diferentes canciones típicas de Navidad, unas nos son conocidas y otras no, pero es muy curioso oirlas en un idioma tan diferente. Canta una coral enorme, luego unos niños, luego unos duos, ...Es entretenido y al cabo de una horita nos vamos...ha sido algo curioso pasar parte del día de Navidad aquí.




De vuelta hacia el homestay paramos a comprar la cena: unos bocatas vietnamitas, con pan de barra, comprados en un sitio que hemos visto en internet  y que tiene fama de hacer los mejores de todo el país...

Después de cenar, un skype con la family de David para desearnos Feliz Navidad y explicarnos cositas, ellos de allí y nosotros de aquí. Y a dormir que mañana nos espera otro día en Hoi An, a ver si el tiempo nos da una tregua.

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